domingo, 2 de junio de 2019

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza


EL TERMÓMETRO DEL MUNDO
El pasado abril se publicaron los resultados de la encuesta Gallup 2018, que mide aspectos intangibles de la población –sentimientos y emociones--, tópicos que otro tipo de estudios no se aboca a investigar.  Es un escrutinio que se lleva a cabo desde el año 2006, y que en esta edición interrogó a 151,000 entrevistados de 148 países.  Los resultados indican que las emociones negativas como la cólera, la tristeza y la ansiedad, han aumentado con relación a los años previos. En tanto los estados positivos como la sonrisa, la risa y la sensación de satisfacción van a la baja.
          No necesitamos documentarnos a profundidad, para corroborar la congruencia de estos resultados con nuestra actuación de cada día.  Baste con observar la forma como nos comportamos en diversos sitios públicos. Pareciera que estamos enojados con la vida. Respondemos de manera precipitada, atropellamos a quienes tienen la mala fortuna de cruzarse frente a nosotros. A como dé lugar buscamos ser los primeros, sacando ventaja de la prudencia de los sensatos.   Un ejemplo que ilustra esto último, es el comportamiento de los automovilistas que aguardan la luz verde.  Uno, dos o tres conductores se adelantan por el carril derecho hasta colocarse por delante del que –por haberse formado primero—encabeza la fila de espera.  En cuanto cambia la luz, el invasor o invasores aceleran sus unidades a toda velocidad.  Actitud nada civilizada además de pueril. Es un modo absurdo de decir “yo las puedo”, tras lo cual se percibe una lastimosa falta de autoestima.
          Regresando a la encuesta Gallup, se preguntó a los entrevistados cuál fue su estado de ánimo el día anterior, si habían reído, o al menos sonreído. Si hicieron algo que consideraran interesante. Si se sintieron tristes, ansiosos o enojados, o sufrieron algún tipo de dolor físico. Una de cada tres personas reportó sentirse muy inquieta; una proporción similar se reportó  estresada.  Tres de cada diez mencionaron haber padecido algún dolor físico, en tanto uno  de cada cinco se sintió triste o iracundo.
Era de esperar que los países más azotados por la violencia reportaran los índices más altos de infelicidad.  Sin embargo, contra lo supuesto, hubo países como México cuyos niveles de felicidad fueron altos a pesar de la inseguridad y bajo PIB, en tanto algunos países con un ingreso "per capita" elevado, reportaron prevalencia de sentimientos negativos.
          El estudio concluye  que, habiendo satisfecho  necesidades vitales como el hambre, la percepción de sentimientos positivos depende mucho de la actitud.  De cómo evalúa cada cual su propia calidad de vida; de cómo mantiene las relaciones interpersonales y de la forma en que utiliza su libertad individual.   Volvemos entonces a lo expresado aquí en distintas ocasiones, la felicidad corresponde más a la actitud con la cual enfrentamos la vida, que a las dificultades de la vida que nos toque enfrentar.
          Dentro de los modernos motivadores hay uno que en lo particular me agrada.  De repente percibo en esta modalidad del “coaching”, una asociación entre satisfacción personal y mercadeo que no me cuadra.  Un mezquino “ser para vender”, como receta de cocina que asoma entre los pliegues del escenario de fondo. Un objetivo que manejan los conferencistas, y que de acuerdo con mi particular filosofía, termina siendo un contrasentido. Víctor Küppers –me parece—escapa a ese arquetipo mercantilista, de manera que puedo abordarlo sin problema.  Una de sus reflexiones determina que enfocar las cosas de una manera positiva es más inteligente que dejarse arrastrar por el pesimismo. Más aún cuando las condiciones que nos rodean tienden a colocarnos en contra de la pared hasta sacarnos el aire de los pulmones.  De ello deriva una segunda y muy valiosa afirmación humanista que hace Küppers: Ser buena persona es más importante que ser inteligente.  Lo primero es resultado de una determinación individual por lograrlo, en tanto lo segundo es consecuencia del azar.  Como sucede con la imagen, sucede con la inteligencia, está sobrevalorada, nos rendimos ante ella.  Sin embargo, lo que necesita el mundo para salir adelante no son ideas brillantes, sino buenos sentimientos que coadyuven y sanen.  No son palabras elegantes o discursos VIP, sino ir a ensuciarnos las manos para ayudar al que se está hundiendo en el lodo.
          El nuestro es un mundo de imágenes, en el cual lo que importa es la forma, no el fondo.  El aspecto, no la médula.  La apariencia, no la realidad.  Por tal razón vivimos con peine y espejo en la mano, listos para la foto que sigue, a costa del descuido de lo demás, lo que realmente nos lleva a trascender, a sentir que la vida es una empresa por la que vale la pena esforzarnos. Que cada día es ocasión tan especial, como para tomar la decisión de ser felices.

Micropoesía de Evelyne Charasse

Evelyne es una poeta francesa, linda amiga, que publica micropoesía en Twitter.
La poesía en francés me resulta de lo más melódica.  Ocasionalmente hago el ejercicio de traducir algunos de sus poemas, procurando que no se pierda la esencia original, pero a la vez buscando que tenga ritmo en español.


Video animado contra el maltrato animal

CAMINA LEJOS por Amagoya, psicóloga valenciana


"CAMINAR ES EL MEJOR EJERCICIO"
Camina Lejos  de discusiones que no te llevan a ningún otro lado más que al enojo.
Camina Lejos de gente que deliberadamente te minimiza.
Camina Lejos  de cualquier pensamiento que reduce tu valor.
Camina Lejos  de los fracasos y temores que paralizan tus sueños.
Camina Lejos  de la gente que no se interesan en ti y son oportunistas.
MIENTRAS MÁS...
Camines Lejos  de las cosas que envenenan tu alma, tu vida será más feliz.
Así que camina
hacia el amor, la paz, la amabilidad, y la benevolencia.
Date una caminata hacia el interior de tu corazón, que es la misma casa de Dios.
El silencio nos ayuda a caminar diariamente en la dirección correcta.

Publicado por Isabel Muñeton y sugerido por mi amiga Eleen.

Todos estamos conectados: Charla impartida por Tom Chi

Un video en el que pudiera dificultarse captar el mensaje a la primera, y sea necesaria una segunda visualización. Pero algo les digo:¡Vale la pena!

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Dicen que las mujeres hablamos demasiado, unas mas que otras, pero si la mayoría hablamos mucho y no en pocas ocasiones de más. Como buenas mujeres al cumplir nuestro rol de mamás no podía ser distinto. igual hablamos. 

La verdad sea dicha, si nos parece difícil ser madres, no resulta tampoco fácil ser hijo(a). En nuestro afán de educar, de lograr hijos"modelo", los sermoneamos a diario, les repetimos la misma retahíla día tras día, les decimos por las buenas, por las malas y muchas veces por las peores lo que consideramos es nuestra obligación. 

Creo que todas hemos tenido esos arrepentimientos de haber dicho lo incorrecto,  o bien lo correcto, pero no en el momento o el lugar preciso, o quizá no de la mejor manera. Haciéndonos justicia, también es cierto que en muchas otras ocasiones hemos tenido la palabra mágica que cura el alma, que previene o detiene una mala acción. La que señala una mejor elección y  les hacen saber a nuestros adorables monstruitos que los amamos, hagan lo que hagan.

De ese mismo modo ellos, tarde que temprano se darán cuenta de que nos aman con todo y nuestros interminables, aburridos, eternos, repetitivos, abominables, injustos y cotidianos sermones. 

Somos madres, sin entrenamiento previo, sin manual, con poco o mucho sentido común, pero en una gran mayoría tomamos la maternidad como nuestra primordial misión en la vida , haciendo malabares para combinarla. Integrarla a los otros roles que la modernidad y nuestra "liberación femenina" nos señala como parte de ser mujer en esta época. 

En fin, palabras de más o de menos, unas que quisiéramos se las hubiera llevado el viento, otras que en cambio desearíamos quedaran por siempre en la memoria de nuestros hijos. Unas y otras tomarán su lugar sin que nosotros podamos elegirlo, solo espero que un buen día, resuene como eco en la mente de mis hijos algunas de las que acertadamente haya dicho. Que ellos a su vez puedan decir, aunque sea para sus adentros, "cuanta razón tenía mi madre".  No importa que yo ya no esté para saberlo.

Danza entre música de pulsares

Cierra los ojos, imagina que te encuentras flotando en el universo, y que avanzas entre cuerpos sólidos, oquedades y astros en formación.  Déjate llevar por la fantasía.  Toma conciencia de tu pequeñez frente al todo cósmico. ¿No eres --acaso-- una maravilla?