domingo, 2 de junio de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Dicen que las mujeres hablamos demasiado, unas mas que otras, pero si la mayoría hablamos mucho y no en pocas ocasiones de más. Como buenas mujeres al cumplir nuestro rol de mamás no podía ser distinto. igual hablamos. 

La verdad sea dicha, si nos parece difícil ser madres, no resulta tampoco fácil ser hijo(a). En nuestro afán de educar, de lograr hijos"modelo", los sermoneamos a diario, les repetimos la misma retahíla día tras día, les decimos por las buenas, por las malas y muchas veces por las peores lo que consideramos es nuestra obligación. 

Creo que todas hemos tenido esos arrepentimientos de haber dicho lo incorrecto,  o bien lo correcto, pero no en el momento o el lugar preciso, o quizá no de la mejor manera. Haciéndonos justicia, también es cierto que en muchas otras ocasiones hemos tenido la palabra mágica que cura el alma, que previene o detiene una mala acción. La que señala una mejor elección y  les hacen saber a nuestros adorables monstruitos que los amamos, hagan lo que hagan.

De ese mismo modo ellos, tarde que temprano se darán cuenta de que nos aman con todo y nuestros interminables, aburridos, eternos, repetitivos, abominables, injustos y cotidianos sermones. 

Somos madres, sin entrenamiento previo, sin manual, con poco o mucho sentido común, pero en una gran mayoría tomamos la maternidad como nuestra primordial misión en la vida , haciendo malabares para combinarla. Integrarla a los otros roles que la modernidad y nuestra "liberación femenina" nos señala como parte de ser mujer en esta época. 

En fin, palabras de más o de menos, unas que quisiéramos se las hubiera llevado el viento, otras que en cambio desearíamos quedaran por siempre en la memoria de nuestros hijos. Unas y otras tomarán su lugar sin que nosotros podamos elegirlo, solo espero que un buen día, resuene como eco en la mente de mis hijos algunas de las que acertadamente haya dicho. Que ellos a su vez puedan decir, aunque sea para sus adentros, "cuanta razón tenía mi madre".  No importa que yo ya no esté para saberlo.

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