domingo, 28 de julio de 2019

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

LAS MEJORES VACACIONES
Nunca encontrarás tiempo para nada. Debes crearlo:
Charles Buxton
Estoy segura de que Einstein sí lo entendía.  Yo llevo años devanándome los sesos para tratar de comprenderlo, pero sigo en las mismas. Sin embargo, es real: el tiempo pasa cada vez a mayor velocidad y no hay forma de frenarlo.  Al principio pensé que era cuestión de la edad, entre más años vives, más rápido sientes que pasa la vida, mientras que de niños los días son eternos. Cambié de opinión cuando escuché a los jóvenes diciendo lo mismo, el tiempo pasa cada vez a mayor velocidad. Alguna influencia debe tener el comercio, sospecho. Acaba de iniciar el período vacacional, y las tiendas ya están vendiendo la mercancía de regreso a clases. Y para cuando está por arrancar el ciclo escolar, se anuncian las ventas del adoptado “Día de Brujas”, y así nos vamos hasta fin de año.  He de confesar, eso de comenzar a ver arbolitos de Navidad en octubre, me resulta ofensivo, una especie de rapto que roba encanto a la temporada decembrina. Me corta la inspiración de una fecha que me encanta.  Pero, en fin, el comercio lleva la voz cantante, y estoy resignada a entender que no va a cambiar.  El tiempo pasa de manera veloz y hay que aprovecharlo.
          Para los mexicanos las vacaciones van, desde un sábado en la alberca municipal, hasta una lujosa estancia de siete días en Dubái.  Cada familia de acuerdo con sus gustos y posibilidades encuentra la manera de desconectarse de la rutina diaria y recargar pilas para los siguientes diez meses.   Ejercitarnos en el arte de la simplicidad y el buen humor, es un antídoto bastante efectivo contra el estrés y los males del alma, así que hay que practicarlo tan seguido como se pueda.  El verano es un excelente tiempo para hacerlo.
Cambiando de plano de profundidad, como un nadador que pasa de la superficie hacia el fondo de la piscina.  Las vacaciones son el momento ideal para reconectarnos con nosotros mismos.  Esta velocidad que lleva la vida, muchas de las veces nos obliga a dejar de lado nuestras cosas personales, para ocuparnos de actividades de otro tipo.  Por más que organicemos nuestro día, nos la pasamos corriendo de aquí para allá, y cuando acordamos ya se nos fue la semana.  Del mismo modo ocurre con la siguiente y la siguiente, hasta que descubrimos que se acabó el año, y no hemos tenido tiempo para ocuparnos de lo propio. Como si esto no mereciera un espacio en nuestra agenda personal.
           En la vida de todo adulto maduro, hay un punto de inflexión: un día nos despertamos y descubrimos que, para estos momentos, es mayor el tiempo de nuestro nacimiento a la fecha, que el que haya de transcurrir de hoy a que desaparezcamos de este plano terrenal.  No es cuestión de asustarnos, tan simple como esto, yo acabo de cumplir 64 años, y para nada me imagino cumpliendo 128, por más que los avances científicos me animen a creerlo.  Nadie sabe en qué momento esas Moiras griegas –veleidosas y ufanas--   decidan cortar el hilo de nuestra existencia, y “kaput”, hasta ahí llegamos. O bien, tal vez sigamos con vida muchos años, pero ya no con la capacidad para un disfrute pleno.
          Siendo pragmáticos, ahora que hemos descubierto que el tiempo camina a pasos agigantados, y que estamos más cerca del más allá, de lo que estuvimos ayer, el mes pasado o hace un año, trabajemos por aprovechar nuestro tiempo.  Que estas vacaciones sean enriquecedoras en cuanto a visitar y reunirnos con otros, pero –igual de importante—que sean ocasión para sentarnos a meditar frente al mejor amigo que nos ofrece la vida, frente a nosotros mismos.  Revisar si estamos contentos con lo que hacemos; analizar las razones por las que –a pesar de que no nos gusta—nos sentimos obligados a realizar ciertas cosas.  Y lo más importante, enumerar todo aquello que siempre hemos deseado llevar a cabo, pero no nos hemos dado el tiempo para hacerlo. ¿Por qué no nos lo hemos dado? ¿Sentimos acaso que no vamos a lograrlo, o nos boicoteamos pensando que no merecemos ese goce?
          Conocer personas con gustos afines a los propios. Emprender acciones que nos entusiasman.  Llevar a cabo algo, por el simple gusto de hacerlo, sin tener que justificarnos ante nadie, aparte de nuestra propia persona.  ¿No es válido? ¿Quién dijo que no?
          Vacaciones: tiempo para dialogar con nosotros mismos.  Cada uno, en la intimidad del “mí conmigo”.  Sincerarnos en una lista por escrito, aunque después la destruyamos. Anotar qué hacemos, por qué lo hacemos.  Qué querríamos hacer, y por qué no lo hemos hecho hasta ahora.  Poner frente a los ojos el propio mundo interior, a través de la palabra escrita, es de lo más iluminador. Nos ayuda a descubrir ese “yo” agazapado a la sombra. 
          Antes de que lleguen los arbolitos de Navidad en octubre: ¿Cómo ven si lo intentamos?

POEMA de María del Carmen Maqueo Garza

Un día nació la palabra 
del fondo de la vida,
extendió sus alas, comenzó a volar.
Fue de boca en boca 
para poblar al mundo
de ideas y sentimientos.
Esparció tristezas y alegrías,
erigió muros y tendió puentes.
Creó prisiones cual mortajas,
liberó esclavos al pronunciar "perdón".
Hoy la palabra 
como albatros de mar, es libre y vuela 
de boca en boca,
de verso en verso, 
de vida en vida.
Arquitecta de tantos destinos,
escribana de tantas historias
--simientes de futuro--
que luego han de contar padres y abuelos
para seguir poblando de memorias
el libro de la vida.

Nobuyuki Tsujii compone e interpreta: Elegía para las víctimas del Tsunami 2011 en Japón

CARPE DIEM del poeta romano Horacio (65AC-8DC)

Aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el
derecho de expresarte, que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar al
mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra
propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Y tú
puedes aportar una estrofa...
No dejes nunca de soñar, porque solo en sueños puede ser libre el
hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un
silencio espantoso. No te resignes, huye...
"Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo", dice el poeta;
valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las
pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la
vida en un infierno.
Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin
miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se
alimentaron de nuestros "Poetas Muertos", te ayudarán a caminar por
la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros, los "Poetas Vivos".
No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas !!!
Agradezco la sensible sugerencia de mi querida amiga Aurora, así como el apoyo profesional de mi maestro Gerardo.

POESÍA de Magdalena Sánchez Blesa en su propia voz

Con motivo del recién celebrado Día de los Abuelos

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


A pesar de llevar más de la mitad del camino recorrido, no he aprendido a medir las distancias. Sigo sintiendo que a veces no llego a tiempo y otras llego demasiado rápido. Me sigo perdiendo, y para cuando reencuentro el sendero, es muchas veces tiempo de ir hacia otro lado.

No ha sido fácil, no lo ha sido. Pero no me ha faltado la huella de aquellos que han sido mis guías, la mano que me sostiene, el buen samaritano que me ofrece agua y alimento, cuando pareciera que el arduo camino, fatiga no tan solo el cuerpo, sino el alma entera.

Y a pesar de que tengo bien claro mi destino, he debido aceptar que no siempre me quedaba en el camino, y tuve que buscar atajos, siguiendo tan solo mi intuición. 

La soledad no me atemoriza, puedo acompañarme con tristezas, con fantasías, con alegría, con nostalgias, con amor y también con desamor. Entre ellos unos son mejor compañía que otros, pero al final, sentir alguno de ellos es vital, para poder saber que estamos vivos. 

Que la vida no me prive de la deliciosa compañía de los que quiero, pero si por algún motivo así fuera, que me acompañe siempre la satisfacción, la paz de saber que son felices, por más distancia que la vida ponga entre ellos y yo. Que sea siempre el corazón nuestro lugar de encuentro, que guarden de mí por lo menos un recuerdo bueno. Quizá lo que me duele hasta pensar, es que a quienes haya amado, un día me olviden.

VIDEO ANIMAL: Alegría de ser finalmente adoptado