domingo, 12 de junio de 2022

DIARIOS DE INCUBADORA por Antonio Pacheco.

En mi servicio en el IMSS, la terapia intensiva neonatal, nos damos tiempo para todo. Nos regalamos por ejemplo, en la medida que la endeble estabilidad de nuestros niños lo permite, un espacio para hablar. Y hablamos con los padres de nuestros pequeños pacientes de cosas sorprendentes y maravillosas. Claro, yo les he hablado de algunos milagros simple y sencillamente porque los he (los hemos) vivido. Y me acuerdo siempre de los actores de este episodio, que ya había publicado: "Siempre que salgo de mi hospital de fin de semana trato de repasar lo que hice y lo que dije y resulta que, invariablemente, sucede algo que marca cada jornada. Son hechos espontáneos e impensados, que cada semana me hacen reflexionar y madurar. 

Wenceslao y Martha, por ejemplo, vienen de fuera del estado de Veracruz, algo así como "de la otra frontera". Son maestros y son adventistas y en la primera vez que nos vimos, durante los informes médicos sobre su pacientito en la terapia intensiva neonatal, pude ver ese inconfundible y esperanzador brillo en sus ojos de padres jóvenes y primerizos, cuando me preguntaban que si los milagros existen. Digo, cuando uno habla con los padres de nuestros pacientes, nada se planea, tal vez solo el hecho de tratar de confortarlos y hacerlos sentir cierta confianza en lo que al área médica toca. Procuramos siempre, les digo, dar un servicio de calidad. Pero a pregunta tan concreta, les tuve que hablar como médico y como persona. Y hablé y hablé con ellos y casi sin darnos cuenta la ventana de la comunicación y el entendimiento se fue abriendo. Quedaron tranquilos, ciertamente temerosos ante la realidad de tener un hijo enfermo, que es, así lo creo, una de las experiencia más dolorosas que puede pasar un ser humano en su vida. 

Tener un hijo recién nacido enfermo, prematuro, tan vulnerable, puede ser devastador. Pero los milagros existen, les dije; porque eso lo he ido aprendiendo con el tiempo. Existen cuando los queremos ver, cuando somos justos y juiciosos y cuando tenemos nuestra fe bien cimentada y cuando sentimos paz espiritual en nuestro cerebro y en nuestra alma. ¡Los milagros! muchos los hemos visto en los hospitales. Algunas personas, a lo mejor más escépticas, dirán que son simples coincidencias y que eso que algunos llamamos milagros son situaciones naturales. Lo cierto es que navegamos en un mar de circunstancias, en plena tormenta, y apenas guarecidos en nuestra frágil embarcación de madera y de papel. 

Wenceslao y Martha enjugaron las lágrimas de sus ojos mientras yo reprimía mis deseos de abrazarlos y hacerlos sentir mejor. Ambos de 30 años, dos abortos previos y este embarazo logrado con fertilización in vitro. Era su primer hijo y había nacido SEISMESINO y con apenas 800 gramos de peso. Quedó claro que aquí no cuentan las cuestiones físicas ni la posición social. Importan, eso sí, los sueños, los corazones y la disposición para valorar con parámetros justos esto tan misterioso y tan inexplicable que se llama "VIDA" y abrigar siempre esa posibilidad de que algo, en el momento menos pensado, nos maraville y nos impacte. Los milagros en los hospitales sí existen. A muchos médicos y enfermeros nos consta. 
(Junio 2022)

1 comentario:

  1. Así es, la comunicación con los padres de nuestros pacientes es importante, porque los prepara para el camino que recorrerá su hijo(a). Y claro los milagros existen y pasan todos los días. Además de la enseñanza que nos dejan.Buen día

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