domingo, 25 de diciembre de 2016

HOJAS SUELTAS por María del Carmen Maqueo Garza





LA CARA OCULTA  DE LA NAVIDAD


Nos alistamos a celebrar la Nochebuena y  aunque hayamos comenzado los preparativos semanas atrás, son los últimos días los que convierten los centros comerciales en verdaderas romerías en las que prevalece la locura entre  compradores.  


Todos vamos de prisa, con el gesto enjuto y poco amable, incluso a ratos da la impresión de  que afloran los instintos primitivos propios de la especie, y parecemos dispuestos a atacar a aquel que se acerque a nuestro carrito de compra.


Yo me pregunto cuántas de las adquisiciones que hacemos en esas últimas horas previas a la celebración fueron planeadas, o son la   respuesta a la estrategia de mercadeo de las grandes cadenas comerciales que crean necesidades en el consumidor.


Ubican productos altamente sugerentes bordeando los pasillos por donde se extienden las filas de clientes rumbo a las cajas registradoras, y de este modo terminan como parte de las compras frituras, golosinas y alguna que otra botella de licor.


A la vuelta de un par de días las fiestas finalizan en sobreabundancia, y como hay de todo en exceso, terminamos repartiendo por aquí y allá ese excedente de viandas que nos llevaron –además—a algún cuadro de gastritis o ataque gotoso en el trayecto.


Es algo así como una histeria colectiva que lleva a emprender gastos tantas veces poco reflexionados, que a la vuelta de unas cuantas semanas, pasada la euforia navideña, cuando llega el estado de cuenta de las tarjetas de crédito, tal vez lamentemos.


¿Qué nos impele a comprar de esta manera? ¿Somos autores de nuestros actos, o simples piezas que intereses ajenos a nuestra voluntad se encargan de mover, atendiendo a sus propias metas de venta de temporada?...


…Toca a cada cual ser juez de sus propios  actos.  Entretanto el comercio oxigena sus arcas con los recursos frescos de nosotros, incautos compradores que en forma paradójica dejamos atrás el sentido último de la Navidad y en enero lloramos.


 


 

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