domingo, 25 de noviembre de 2018

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


El pasado, ese tiempo que queda atrás y al cual no podremos regresar por ninguna máquina del tiempo, ese que solo queda al alcance de la memoria, tan limitada como ésta sea,  constituirá lo que podamos recuperar de él. 

Sin importar lo bueno o malo que haya sido, el pasado no debiera convertirse en lastre que impida avanzar. El perdón a las ofensas ajenas y a nosotros mismos por los errores cometidos, es la clave para cerrar círculos, para reiniciar una nueva etapa, donde iniciemos el día valorando lo que hemos podido rescatar de nosotros mismos, y con la intención de engrandecerlo. Sin fantasmas, sin llevar en nuestro equipaje lo que nos quedó pendiente, lo que no logramos y consideramos fue un fracaso, y que irremediablemente forma parte de lo que hoy somos, tanto o más como lo que podemos considerar fueron aciertos.

Todo lo que vivimos, tuvo que suceder, y no hay auxilio del hubiera para poderlo mejorar. El presente es tiempo de acciones propositivas, de encaminar nuestra voluntad y fortalezas hacia lograr el equilibrio espiritual que nos lleve a encontrar en la bondad la clave de la felicidad. 

Ayer fuimos, tiempo pasado no modificable.  Hoy somos con toda la oportunidad de ser cada día y tan solo por este día la mejor versión de nosotros mismos. A partir de hoy y tan solo por hoy viajo ligero, mi conciencia y mi corazón en sintonía, no cargo culpas ni propias ni ajenas, no hay en mi alma espacio para reproches ni enmiendas extemporáneas. Antes de que el tiempo deje atrás mi presente, dedico mi energía vital a convertirlo en un tiempo digno de ser recordado.

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