domingo, 16 de diciembre de 2018

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


En esta vida, que es única e irrepetible, ser feliz es quizá la única meta que realmente vale la pena alcanzar. A lo largo de ella vamos fijándonos varias, en diferentes aspectos, haciendo un proyecto de vida que varía según las circunstancias, que a veces podemos mantener hasta llegar a concluir, pero siempre vamos tras algo que nos incentiva día a día, que nos impulsa a apreciar la vida.
     Cuando esto no sucede, y el devenir de los días en una sucesión de horas en las cuales nos parecen largos los sesenta minutos, porque no tenemos contenido con que llenarlos, porque simplemente queremos que transcurran, porque nada esperamos, porque hemos perdido la noción de donde encontrar la felicidad, destino que pareciera no encontrarse en nuestro mapa sentimental.
     Hemos de saber colocar nuestras expectativas en varias canastas, para que cuando una se vacíe, encontremos en otras lo que al alma regocija, lo que nos da paz. No hacer a nadie ni a nada único dueño o motivo de nuestro bienestar, es nuestra responsabilidad, de nadie más.
     Encontrar la propia felicidad en la de los demás, contagiarnos de ella y también ser transmisores de esa energía vital que mantiene al espíritu con fortaleza; sabernos dueños de la felicidad con tan solo apreciar y agradecer cada día que al abrir los ojos nos encontramos con un nuevo amanecer; renovar esperanzas, mantener ilusiones, lidiar infortunio con actitud positiva.
     Colocar la felicidad no en una, sino en varias canastas, para saber que al encontrar una vacía, tendremos en otras motivos para seguir sintiendo el corazón vibrar de emoción, para mantener siempre la fe en un mañana mejor.

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