jueves, 20 de mayo de 2010

LLUVIA ÁCIDA: Por Enriqueta Ochoa


Del centro se despliegan
alas luminosas
perseguidas por el óxido
de
una lluvia que gotea
sus miserias.

Creo que nunca como hoy

estuvo tan solo el hombre;
ultrajado, sin Dios
--a Dios se lo borraron a golpes de soberbia.
Solo,
con su candor de niño soprendido

ante esta sórdida
avalancha
de sucesos.

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