sábado, 8 de mayo de 2010

CELEBRAR LA VIDA

CONTRALUZ Mayo 9, 2010

María del Carmen Maqueo Garza

¡Qué sabios son los niños pequeños! Ellos saben que lo más grande en la vida no tiene nada que ver con estados financieros; nivel social; grado educativo, ni poder político. Basta con mirar por un rato a un pequeñito mientras explora su entorno, se detiene en cada objeto, lo examina con aquello que le causa más placer: boca, manos o pies, hasta que de súbito su mundo se convierte en una explosión de algarabía, justo cuando topa con mamá. En ese instante su expresión cambia, emite una o dos carcajadas, se contonea de gusto, agita manos y pies, y si estaba paradito, dará un trastumbo que posiblemente lo haga terminar sentado, sin dejar de reír. Esta escena es parte de un mundo maravilloso muy próximo a nosotros, aunque claro, las múltiples ocupaciones e inacabables preocupaciones difícilmente nos permiten descubrirlo.

La naturaleza por su parte es sabia, y de alguna manera conforme avanzamos en edad comenzamos a recorrer una curva geométrica que paulatinamente nos acerca al punto de origen, para formar un círculo que vendrá a cerrarse por completo para aquellos que alcancen los suficientes años cumplidos. como para regresar a una etapa muy elemental, y volver a depender de quienes les rodean para sus funciones.

Entre un punto y el otro hay un largo período de tiempo. El bebé comienza a interactuar con su medio; al filo de los dos años socializa lejos de mamá por un rato para luego regresar a la seguridad que ella ofrece. Un nuevo avance es la entrada al jardín de niños; viene después la primaria, la educación media superior, y en el mejor de los casos la preparación universitaria de licenciatura y postgrado. En veinte años tenemos aquel bebé hermoso, natural y espontáneo convertido en un profesional hecho y derecho, que se planta frente a su propio destino.

…Claro, todo ello sucede en el mejor de los casos; para nuestra desgracia hay incontables ocasiones cuando mamá no puede hacerse presente para satisfacer el total de necesidades del pequeño, y aparecen figuras sustitutas que satisfarán en grado variable los apremios del pequeño. Actualmente, a raíz de los dramáticos cambios sociales en nuestro país ha comenzado a estudiarse hasta dónde estas ausencias tempranas, dan pie a un perfil delincuencial.

Volviendo al adulto joven, a partir de que está capacitado para ejercer un oficio o una profesión inicia una competencia que redundará en crecimiento laboral, y satisfacciones personales, económicas y sociales, pero con un costo emocional muy elevado. Deberá mantener aquella carrera de alto nivel y la consecuente carga de estrés por unos veinticinco años, hasta que la familia crece, se independiza y parte del hogar, lo que habitualmente coincide para los asalariados con el momento de la jubilación.

En ese punto vienen cambios en el seno de la familia: Si los esposos tuvieron la fortuna de una relación armónica que aún perdura, quizás se presente el "síndrome del nido vacío": Voltean a verse uno al otro para descubrir que sin los hijos de por medio no tienen mucho en común; generalmente se han volcado en sacar adelante a la familia dejando de lado sus propios intereses, y ahora encuentran que o ya no los tienen, o simplemente no coinciden. Ello no deja de generar una crisis en la pareja.

Los casos más lamentables son los de la inactividad, cuando uno o ambos padres caen abatidos ante un panorama de "no trabajo, no hijos", se dejan llevar por la molicie, y en seis meses están poco menos que acabados.

Finalmente, las situaciones más felices son aquéllas en las que antes del retiro y de que los hijos partan, se tiene elaborado un proyecto de vida, y desde un principio hay apego a éste. Claro, ahora no se trata de trabajar con la intensidad con que se hacía antes, pues la presión económica no es tanta; corresponde pues programarse para disfrutar hacer lo que se quiera hacer. Momento para reinventarse como personas y como pareja, tiempo de volver a encontrarse con amigos que tal vez no se han visto en muchos años; ocasión del reencuentro sabroso, provisto de buen humor y tolerancia; sin necesidad de figurar, presumir o competir en lo absoluto.

Es la oportunidad perfecta para celebrar el simple hecho de estar con vida, y hacerlo doblemente si aparte de vida hay salud. Es dejar que emerja ese niño que llevamos dentro, divertirnos y descubrir aquello para lo que por tantos años no tuvimos tiempo; significa mandar a volar convencionalismos, horarios y tensiones que simplemente ya no corresponden a nuestra situación, para que el cierre del círculo vital no sea por razón de la edad, sino el final de un viaje por la vida que se torna más divertido con los años.



UN PUNTO DE VISTA

Entrevista a JORGE CARVAJAL: ¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?, por María Campos


La Autenticidad nos Hace Seres Felices

La Sintergética es por sobre todo un método para servir, para liberar lo mejor de nuestro potencial, para encontrar ese médico interior -ese sanador que hay en cada uno de nosotros- para encontrar y revelar lo mejor del potencial humano y ponerlo en acción.

Cirujano de almas, sanador espiritual, médico auténtico que escucha a sus pacientes con el corazón y que cura no sólo al cuerpo, sino también al Ser. Jorge Carvajal lleva 20 años de investigación médica, que complementa con su profunda filosofía de la vida, para ayudarnos a reencontrar nuestra verdadera identidad y recuperar nuestra salud, que es la salud de la humanidad.

¿Qué es la enfermedad?

Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?

El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende. En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

La Salud y Las Emociones

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.
Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico…

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno.
Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.

¡Qué difícil!
Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto.
Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado.
Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.

Cada vez más personas sufren ansiedad…
La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire… Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.

El estrés es otro de los males de nuestra época…
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar.

Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie. El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior. Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.

Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora. El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena.

En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil.

Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama…
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor… pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad.

Pero a veces nos sentimos atados a un amor…
Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego, Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti.

La clave entonces es amarse a sí mismo.
Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
*Entrevista aparecida originalmente en Psicología Práctica, 118.

Jorge Carvajal, es médico de la Universidad de Antioquia, pionero de la Medicina Bioenergética en Hispanoamérica y creador de la Sintergética. Es el creador de ViaVida, sociedad destinada a la investigación, la asistencia y la docencia, que constituye la plataforma para la expansión mundial de esta nueva forma de ver la medicina. Entre sus publicaciones, destacan Contextos de Sintergética y Láser y Sintergética, dirigidos a médicos; Por
los caminos de la Bioenergética, Por los Senderos del Alma y sus recopilaciones de poemas El fuego del Amor y Agua y Cielo en el Sendero.

COSAS NUESTRAS: Jorge Villegas, Mayo 8, 2010

Civismo
Hay dos materias que desaparecieron o se redujeron en los programas escolares.
Son Civismo e Historia de México, o sea, la formación como ciudadanos.
Por eso las últimas generaciones no acaban de asimilar su identidad nacional.
De la vida pública lo ignoran todo, salvo los chismes de los columnistas.
Sus derechos se los tienen que recitar en los emgañosos comerciales oficiales.
No hay sentido del deber del voto, de pagar impuestos o respetar el marco legal.
Por Democracia entienden que la mayoría aplaste a las minorías.
¿Por qué no volver a la educación del ciudadano mientras está en las aulas?

jvillega@rocketmail.com

MIS VITAMINAS

"10 de Mayo" por Elena Jordana
Y en este día glorioso, oh madre
está dicho que recibirás de tus hijos
los símbolos del amor eterno condensados en
una jarra de plástico imitando el tallado del cristal,
un perfume
cien veces menos cálido que el olor a chile y cebolla
[de tus guisos
--pero firmado por Coty--
unos guantes demasiado suaves para tus manos
acstumbradas a la sosa y las escobas
un pañuelo de gasa que sólo te atreverás a usar
[ruborizada
durante los primeros cinco minutos de la fiesta en tu
[nombre
un ramo de gladiolos que equivale al salario de dos días
[de tu esposo
un póster, un papel ilustración, a cinco colores que dice
["te quiero".
Y sin embargo, en este día, oh madre,
los ojos de tus hijos brillarán de un modo especial
mientras te entregan, temblorosos y expectantes,
sus regalitos envueltos en papel glasé y adornados
con grandes moños de colores brillantes.
Y esa misma noche, madre, mientras tú abrazas y besas
[a tus hijos
conmovida por la tierna inutilidad de
la jarrita de plástico, los guantes, el pañuelo
de gasa, los gladiolos,
los dueños de la Comercial Mexicana se frotan las manos
e invitan a una copa de champaña
al contador
al gerente y al supervisor
por el éxito de ventas de cosas que
la verdad
creíamos que nunca nadie sería capaz de comprar.

Chicken-a-la-Carte

Amigos: la espiral consumista amenaza con borrar de nuestra esfera consciente la sensibilidad hacia las necesidades de los demás. En ratos nos sorprendemos a nosotros mismos viviendo de manera acelerada, atendiendo en exclusiva los intereses personales, pasando por alto el que mi derecho termina donde comienza el de los demás.
Este video es una manera en la que un poder superior (yo lo llamo "Dios") se hace presente para recordarnos que en la hora final se nos pedirán cuentas del amor que prodigamos. Todos los otros estándares por los que nos da luego por medirnos en esta vida, a veces de manera obsesiva, en dicha sumatoria última no tienen valor alguno:

jueves, 6 de mayo de 2010

COSAS NUESTRAS: Jorge Villegas, Abril 27, 2010

Paz
EN MEDIO DEL RUIDO de los balazos,hay que escuchar a nuestros maestros.
Su pregunta es simple: Busquemos educar para la paz.
Paz que mengüe la violencia en los hogares, en las comunidades.
Paz que aparte de la tentación violenta y de los vicios denigrantes.
Escolares sin "bullying", aulas con respeto a los que enseñan.
QUITAR DE LAS MANOS del niño las armas y las drogas que ahora lo seducen.
Pacificar desde las aulas nos va a tomar mucho tiempo.
Pero no hay alternativas para cortar camino.
jvillega@rocketmail.com

ARIZONA Y SU LEY ANTIINMIGRANTES SB1070


En Arizona parecen haber olvidado la historia de los Estados Unidos.
¿O pretenden borrarla a la brava?...

miércoles, 5 de mayo de 2010

JOSÉ GUADALUPE OVALLE CASTILLO (1953-1997) 5 de mayo, aniversario luctuoso

Por M.C.M.G.
JOSÉ GUADALUPE nació en la ciudad de Sabinas, Coahuila el 9 de enero de 1953, hijo de los señores Victoriano Ovalle Ibarra y María Guadalupe Castillo Pérez. Su padre muere cuando él contaba apenas con cuatro años, pese a ello su infancia transcurre feliz en el Callejón del Carmen, en la ribera del Río Sabinas, al lado de su madre de quien heredó un singular espíritu de servicio; el gusto por la música, y una voz privilegiada.

Estudió la carrera de Antropología Social en la Facultad de Humanidades de la UV, en Xalapa, Veracruz. Desde sus primeras prácticas de campo se apasionó por la etnia Kikapú asentada en el ejido El Nacimiento, del municipio de Melchor Múzquiz, Coahuila. Se compenetró con el grupo indígena, con sus costumbres y necesidades, convirtiéndose en un mediador entre la etnia y las diversas instituciones con las que tenía que ver el grupo para la importación de productos agrícolas y vehículos automotores. Los apoyó también en aspectos educativos ante el INEA y la S.R.E

Su proyecto de vida fue la creación de un libro que hablara sobre el conflicto interno de la etnia, y su condición de migración laboral periódica a la Unión Americana. Dicho libro fue finalmente publicado por CONACULTA/UZ/UNAM e Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde en 1999, aunque de manera póstuma, y sólo gracias a la dinámica labor de edición de la Antropóloga de la UNAM Dra. Ana Bella Pérez Castro, quien asumió como propia la publicación final de su obra.

Hoy lo recordamos con motivo de su aniversario luctuoso, aunque sabemos que seres humanos entusiastas y emprendedores como él, que sembraron grandes cosas durante su vida, nunca mueren.


"Stand by me": La música nos hermana

Fíjense lo que ha hecho con esta canción un conjunto de músicos. Parece ser que unas personas han recorrido el mundo grabando a músicos callejeros, tocando diferentes versiones de la misma canción: “STAND BY ME”, aquella preciosa que cantara Ben E. King.

Hay aquí músicos de Santa Mónica, California; de Nueva Orleans, de Ámsterdam; un grupo de percusionistas indios americanos de Nuevo México; un violonchelista ruso; un coro de mujeres sudafricanas… y más gente de España, Francia, Caracas, Congo y Río de Janeiro. Repito, todos son músicos callejeros. Se puede además llegar a la conclusión de que no existe distancia ni ideología cuando un algo tan fuerte y arraigado como la música borra fronteras y hermana.

2 de mayo: Natalicio de Enriqueta Ochoa

Bajo el oro pequeño de los trigos

Si me voy este otoño
entiérrame bajo el oro pequeño de los trigos,
en el campo,
para seguir cantando a la intemperie.
No amortajes mi cuerpo.
No me escondas en tumbas de granito.

Mi alma ha sido un golpe de tempestad,
un grito abierto en canal,
un magnífico semental
que embarazó a la palabra con los ecos de Dios,
y no quiero rondar, tiritando,
mi futuro hogar,
mientras la nieve acumula
con ademán piadoso
sus copos a mis pies.

Yo quiero que la boca del agua
exorcice mi espíritu,
que me bautice el viento,
que me envuelva en su sábana cálida la tierra
si me voy este otoño.

  

LA LECCIÓN DE PAULETTE

CONTRALUZ Mayo 2, 2010

María del Carmen Maqueo Garza

El caso de la pequeña Paulette ha resultado emblemático en muchos sentidos; desde el primer momento ha dado tela de donde cortar a los medios noticiosos, particularmente Televisa con sus conductores que han sido una amalgama perversa entre la KGB, Freud y Nerón: Presionando a los supuestos involucrados, en particular a la madre, como queriendo arrancarle las palabras que el gran público esperaba escuchar para cumplir la fantasía de abalanzarse contra la mujer y desollarla viva.

Ha sido tema de discusión respecto a la ineficacia del Ministerio Público, o el fracaso político para las aspiraciones presidenciales de Peña Nieto. Da cuenta de las rendijas que tiene el sistema judicial del Estado de México, pero sobre todo, más allá de lo anterior, ha sido ocasión para el ejercicio de la crítica más descarnada hacia quienes de alguna manera están relacionados con la muerte de la pequeña.

En sí el caso es descomunal, está muy manido, y no pretendo abordarlo. Lo que propongo ahora es que todos los que hemos tenido conocimiento del mismo, y que de alguna manera hemos participado en las comunicaciones generadas en torno a éste, nos coloquemos frente al espejo y analicemos cuál ha sido nuestro personal proceder. Y que en un dado caso, revisemos por qué nos tomamos la atribución de condenar a esos seres humanos cuando nada se ha comprobado, y que aún cuando se hiciere, no nos correspondería hacerlo. Midamos hasta dónde nuestro proceder ha sido ético.

Circula en la red un correo que señala una a una las supuestas inconsistencias del caso; comienza acusando a la mamá; sigue con el papá, luego con las nanas… Y continúa señalando los errores o culpas de los investigadores, en fin… ni los perros se escapan de ser tachados como ineptos en este ejercicio que yo no llamaría de denuncia sino francamente irresponsable y doloso.

Paulette ya murió, nada podemos hacer por ella. La hermanita no quiero ni imaginar cómo estará, entre los conflictos al interior de la propia familia, y el ambiente terrible generado por los medios infiltrados hasta la intimidad de lo que hasta hace poco era su hogar. Ahora bien, ¿Quiénes somos nosotros para condenar? ¿Quiénes para dejar caer la dureza de nuestras palabras, asegurando –porque eso es lo que hacemos-- que las cosas fueron como nosotros suponemos que fueron? Yo sé que es terrible que la niña haya muerto, y más aún no entender cómo ocurrieron las cosas, pero de esto a echar a andar una perversa bola de nieve contra los sospechosos hay mucha distancia; denota un juego verbal maligno.

Nos quejamos de que el país anda mal; nos afecta la pérdida del poder adquisitivo; nos lesiona la crisis de valores; nos atemorizan los alcances terribles del crimen organizado, y nos exasperan los desatinos del sistema. Duele mucho el menosprecio irresponsable de la criminalidad que mata a nuestros niños, en boca de funcionarios que no darían un solo paso sin ir acompañados por una decena de guardaespaldas… Cierto, hay que ejercer la crítica, pero una crítica descontaminada de la perversión que se refleja en la red, en las noticias impresas y televisivas. Desatar una cacería de brujas está muy lejos de resolver los problemas, por el contrario, solamente contribuimos a incrementar el clima de temor y zozobra.

Ya es hora de comenzar a ejercer la misericordia en nuestras palabras, en nuestros actos; olvidarnos del papel de verdugos y ocuparnos cada cual de sus propios asuntos. En ratos cuando la ola de violencia mata gente inocente nos preguntamos qué podemos hacer para evitarlo y no hallamos respuesta; ciertamente lo primero es esto, sanear el ambiente; evitar los juicios temerarios; cuidarnos de fomentar acusaciones que no tenemos manera de fundamentar ni razón alguna para sostener. Vayamos cortando ese círculo maligno que convierte nuestros foros de comunicación en una versión muy moderna y sofisticada de Circo Romano al cual todos asistimos con el siniestro deseo de ver correr sangre. No importa de quien, pero que corra sangre para satisfacer alguna vena oscura en nuestro interior.

El chisme tiene un "je ne se quoi"
de sabrosura; nos atrae desnudar terceras personas y luego comenzar a disecarlas hasta hacerlas tiritas, que finalmente colgamos al sol. Es la palabra vana en su más elemental expresión, que conforme va creciendo se transmuta en entrevistas televisivas de varias horas, movidos por la fantasía perversa de quemar a uno o dos de los acusados en leña verde, y gozarnos con los chirridos de la madera mientras las brujas que nos hemos inventado comienzan a consumirse.

¿Remedio para México? Comencemos por barrer el polvo de nuestra casa.