Acabo de escuchar en voz de Raymundo Capetillo esta milonga campera del argentino Antonio Comás conocido bajo el seudónimo de "El Indio Duarte", poeta, actor y trovador fallecido en 1965. Investigando un poco de su vida y obra encuentro con que ésta última se ha transmitido en gran medida mediante tradición oral, existiendo pequeñas variantes en las transcripciones publicadas. No es de extrañar entonces que se hallen inconsistencias entre este texto y algunos otros relativos a la misma poesía. Conmueve su contenido, y más nos conmovió escucharla en labios de Raymundo Capetillo. M.C.
Hermanito de mi vida perdóname esta aflojada
Mi saludo es un pañuelo
voy a decirte adiós en mi carta
yo no sé qué me ocurre…, ni sé qué me pasa
me tiro del catre al suelo me echo en el catre de espadas
quiero llora’ y no puedo,
quiero respirar
y me ahogan estos nudos misteriosos que las amarguras atan.
Estoy solito en mi rancho
Me he queda’o solo en la casa
Ladran los perros afuera
Como si i’biera fantasmas
Y alumbran mis pensamientos
Candiles de luces malas.
¿Te acordás?
¿Te acordás de mí, Justino,
el pobre hijito de mi alma
ocho años, mi nombre tenía
y despertó una mañana
con los ojos escondidos
y el cuerpecito echando llamas.
¡Me muero tata!- me dijo
¡Me muero mama!- gritaba
tengo una sed de martirio,
siento un fuego que me abrasa.
Léame las cartas tita
¡agua, agua, agua! mama
¡agua, agua, agua! Tata.
Volé en mi caballo al pueblo,
siete leguas de distancia,
siete puñales de punta,
metidos en la garganta,
y el grito de m’hijo adentro:
De ¡agua mama! ¡Agua tata!
Le expliqué al doctor el caso,
él se sentó en la retranca.
Que el camino era muy fiero
que se iba a quedar en llantas.
La ciencia no es del pueblo,
la ciencia no es de los pobres,
la ciencia no anda a caballo…
Por esos mesmos caminos
‘onde los médicos no andan
cruza al galope la muerte,
va y viene la desgracia.
Me hizo dar en la botica,
un frasco de limonada,
y que trujese al enfermo
cuando la fiebre pasara.
Volví
como vuelve un pobre en iguales circunstancias,
el corazón en la boca
y la tristeza en el alma.
El médico no venía,
no por que fuese tan mala
la senda que va a mi rancho,
sino porque me faltaba…
¡Me faltaba con qué pagarle!
Con qué pagarle a la ciencia
siete leguas de distancia.
La fiebre duró poquito
se le acabó una mañana,
entre un cantar de sorsales
y el suave clarear del alba.
La madre abrazada a su hijo,
mi hijo la frente helada,
y yo sin voz ni presencia,
parado al pie de la cama.
Poco después de enterrarlo,
comenzó a turbar Juana.
Se lo pasaba llorando,
se lo pasaba callada,
se lo pasaba riendo
con los ojos en el aire,
con los brazos avanzados,
lo mesmo que si acunara contra su pecho
una criatura dormida…
¡Ansí se me fue!
¡Ansí se me fue la pobre!
¡Ansí la tierra la guarda
con los brazos sobre el seno, acunando
acunando mi desgracia!
Estoy solito, estoy solito en mi rancho,
me he quedao’ solo en la casa.
Ladran los perros afuera
como si i’biera fantasmas,
y alumbran mis pensamientos
candiles de luces malas.
Hermano, hermano,
habla por mí, habla por mí si mañana
dicen que soy un bandido,
un mal hombre, sin entrañas…
j’ui cordero y me hacen puma,
j’ui buey y me he puesto garras.
¡Haaaaaaaaaaaaaaa!,
¡Que pronto que viene el día!,
¡Que pronto que viene el día!
Si es cierto que hay un Dios
que corte el alba, que corte el alba y ese grito,
ese grito, de agua
¡Agua mama! ¡Agua, agua, agua tata!
Buen Poema. Con tu aporte lo inmortalizas. Aunque tienes algunos pequeños errores en la traducción de unas palabras, en términos generales me parece muy bueno tu aporte.
ResponderBorrarHola! gracias por compartirlo pero lo recuerdo y no es así. La mala traduccion rompe el pacto y le quita emotividad. Busqué la versión original. Si la necesita puedo enviarsela
ResponderBorrarMuchas gracias. Son las inconsistencias propias de la tradición oral. Con todo gusto se puede agregar en la sección de "comentarios" la versión que usted tiene. Enriquecería la entrada. Saludos.
ResponderBorrarExcelente poema ,yo lo declamo con el alma. Muchas gracias por compartir.
ResponderBorrarComo sucede con los libros, el 98% nunca lee la introduucion, aquí las personas se enfocaron en la poesía y pasaron por alto la introducción al poema que dice exactamente, aunque en otras palabras, lo mismo que ellos critican.
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