domingo, 1 de agosto de 2010

CONTRALUZ Agosto 1, 2010



AMOR A LA PATRIA


María del Carmen Maqueo Garza

Los elementos del pasado son un referente: Llámense edificios, piezas, crónicas.  De entre ellos hay algunos que en particular nos remiten a tiempos que la modernidad dolorosamente fuerza a emprender la ruta del olvido.  De este modo cada ciudad tiene sus propios objetos que cumplen una función de pundonor, constituyen afortunado recordatorio de los propósitos que a nuestros padres y abuelos impulsaron a poner todo el entusiasmo en la creación de un mejor mañana para nosotros.  Terminar con ellos así como así equivale a arrancar de manera cruenta pedazos de nuestra historia, fragmentos que nos validan y enraízan al suelo que nos vio nacer.
Un pueblo es tan noble como grande sea su capacidad para no olvidar.  En la medida en que mantengamos viva la memoria de quienes dieron el alma por su tierra estaremos retribuyendo en algo a su entusiasmo y su empeño. Lo menos que podemos hacer por honrarlos es no excluirlos de la crónica viva de nuestros tiempos; concederles un lugar digno  en los anales de la historia; salvarlos de la ingratitud de la desmemoria.
Con motivo de las festividades del Bicentenario/Centenario se han emprendido en el territorio nacional iniciativas de remodelación, muchas de ellas muy injustas para la historia.  Un buen ejemplo, en la ciudad de San Luis Potosí de buenas a primeras retiraron un monumento a la memoria del insigne poeta  nacido en esas tierras, Manuel José Othón para colocar una monumental  astabandera, como parte de ese fervor patrio que nos desborda a los mexicanos en las fiestas y que luego solemos desatender en nuestro diario desempeño.   En lo particular me parece que si robamos a nuestros poetas el espacio histórico  que por derecho les corresponde, estaremos dejando fuera el espíritu que impelió a hombres y mujeres a lanzarse con pasión por su patria.  El poeta es el cronista del corazón de las cosas, y sin su presencia quedan los hechos despojados del latido vital que convirtió a cada uno de estos eventos en  extraordinarios para la memoria viva de los pueblos.
Recientemente platicaba con unos amigos cuya juventud transcurrió en un Piedras Negras plácido; el primer cuadro albergaba dos importantes recintos diseñados a principios del siglo pasado como teatros, y que ya para los años  cuarenta pasaron a ser salas cinematográficas.  Ahí se reunía toda la muchachada los domingos por la tarde, luego de haber cumplido con la familia y con el precepto dominical.   Escuchar las sabrosas anécdotas de aquellos años; transportarse con la imaginación a los momentos que ellos relatan con tanta pimienta,  es una manera de aprender a amar más a nuestro México.   Un rescate histórico que en lo personal me obliga a recurrir a la palabra escrita, la mejor aliada en contra del olvido.
La historia oficial no está exenta de ser desvirtuada atendiendo a intereses del productor o autor en turno.  Hay múltiples ejemplos de ello, inclusive versiones que se dan por absolutas durante un sexenio, habrán cambiado de manera considerable para el siguiente.   Entonces podemos decir que los relatos  orales cumplen con el rescate de la verdadera historia; al margen de interpretaciones oficiales  nos enseñan a mirar de manera única nuestro patrimonio, y dentro de él los elementos  arquitectónicos. 
Superadas en sus aspectos más urgentes  las contingencias que dejó el huracán Alex, se retoman en esta frontera  las obras de la Gran Plaza y el Paseo del Río.   Invita a una reflexión, pues es otra vez invertir recursos en obras no prioritarias  que bien podían esperar mejores momentos para reemprenderse.   Por otra parte en los tiempos actuales las familias no se animan con tanta facilidad a asistir a sitios públicos en donde se exponen a una violencia intencionada o accidental, pero finalmente de alto riesgo.
Claro, los proyectos están planeados y aprobados desde tiempo atrás, atendiendo a paradojas muy nuestras, aún cuando para  resarcir los daños provocados por el huracán no alcancen los recursos, y no parezca haber manera de distraerlos de otros rubros para atender la emergencia… Los planes siguen adelante; los fuegos artificiales comienzan ya a prepararse, entonces valga a estas alturas solamente  insistir en que los nuevos diseños no dejen fuera a nuestros queridos testimonios del ayer.  Es prioritario enseñar a nuestros niños a honrar la memoria de esos héroes vitales, los que han rescatado  para nosotros las estrellas de una noche apacible para invitarnos hoy a soñar en un México posible, a través de su música; de su fe; de su poesía.  A través de su quehacer cotidiano que ha quedado impregnado en fachadas, plazas y recintos como un recordatorio de que el amor a la patria es un amor vivo que no precisa de fechas especiales para expresarse.


COSAS NUESTRAS: Jorge Villegas. 30 de julio, 2010

Lecciones
En la Historia Nacional no hay lecciones inútiles; todo sirve.
Santa Ana nos enseñó que una cosa es democracia y otra plebe.
Don Porfirio, el dictador, le dio solvencia a nuestra nación, la civilizó.
En los setenta  años de dominio priista, surgieron instituciones excepcionales.
En diez años de aficionados, aprendimos a no poner los huevos en una sola canasta.
En el Bicentenario bien podemos hacer el análisis de éxitos y fracasos.
Para obtener el saldo de sabiduría que nos ayude en la crisis actual.
Si escasean los líderes, pidamos a la Historia sus Paradigmas.

VIDEO: Lo que amo y odio de México. Autor: PacoBot

Este es un firme  reclamo que nos hace a los adultos un joven cansado de que estemos violentando el patrimonio que por derecho le corresponde.
Un extraordinario trabajo creativo con un mensaje muy claro. 

Tiene escenas fuertes, sin embargo totalmente justificadas: de este tamaño es su inconformidad hacia nosotros.

MANUEL JOSÉ OTHÓN: No importa la piedra. M.C.Maqueo

El pasado 20 de julio de 2008, por instrucciones gubernamentales, el monumento a Manuel José Othón fue removido de “El Mirador”, sitio desde el que había vigilado a su natal San Luis Potosí por casi cuarenta años. En su lugar, tengo entendido, se erigirá una bandera monumental para celebrar nuestros tan traídos y malgastados centenarios—uno de la Revolución y dos de la Independencia. No sólo en  San Luis Potosí, sino en todo México, sobran las banderas y faltan los poetas. Ojalá quienes tienen los medios para disponer de nuestros espacios públicos, pronto se den cuenta de la grave falta en que están incurriendo: el olvido.
José Ramón Ortiz Castillo.  Tomado de su blog joserraortiz.com

Mi comentario:  
No importa la piedra sobre la cual el hombre te ha rendido homenaje y ahora derruye a causa de  políticas faltas de amor al amor de los poetas, Manuel José Othón, tú vivirás en nuestros corazones.


Poema en audio: Idilio salvaje de Manuel José Othón por Claudio Obregón y Gastón Melo

FREEDOM PSICOTERAPIA: Renacer, reinventarse.

Renacer, Reinventarse.
(Nunca Somos lo Mismo)
 
Escuchaba los pájaros y su armónico estruendo en los arboles, coincidiendo con la salida del sol, del nuevo día… y su ruido me hizo darme cuenta de que yo ya no era el mismo, que era otro en un día también distinto. Y el darse cuenta se extendió, y fue como un relámpago; ¡todo renace! Ya nada es igual que ayer. Sólo la flojera y la autocomplacencia nos hacen volver a lo mismo que tanto detestamos.
Esos pájaros también tenían una nueva oportunidad de ser, de estar. Fluían. Eran. Quizá por eso -pensé- tanta algarabía.
¿Qué voy a hacer yo con esta oportunidad? ¿Cuánto vale un día más sobre la tierra para los que ya no están? ¿Cuánto pagaría por ese sólo día si de pronto me descubriera flotando en calidad de espectro sobre las mismas casas y personas que puedo ver con los ojos físicos? ¿Si de pronto la muerte me sorprendiera y no me diera tiempo de arreglar tanta idiotez y obsesión, o mejor aún, de deshacerme de ellas?
Me olvidé de vivir, dice una canción…
Entonces se que lamentaría cada gota de sol no valorada, cada piedra llena de matices a la orilla de una banqueta que no detuvo mis pasos para observarla. Sé que me volvería a morir por una hora de ese sol desquiciante de agosto, del que tanto me quejo en la tierra. ¡Pero gracias a Dios estaba vivo!
El tesoro estaba ahí; no sólo en los arboles sino en todas partes. Fue quizá el descubrimiento más monumental de mi existencia. Era eso precisamente; ¡La vida! ¡La vida! ¡Por Dios! ¿Cómo no me había dado cuenta desde antes? Todo renace, todo se reinventa. Nunca somos lo mismo. Podemos elegir dejar de ser lo que no nos gusta. Podemos elegir no regresar a lo que éramos en el instante pasado, ser nuevos; como el presente que siempre se está yendo. Es una decisión. Hasta mis células no serán las mismas dentro de pocos días.
El verde rabioso de las hojas, contrastando con el negro azulado de esos pajarracos flacos y escandalosos, fueron el marco de una enseñanza grandiosa. Esas aves me estaban dando una lección digna de un maestro zen. No tuve que ir al Tíbet ni a la India, ni recluirme en un monasterio, ni beberme a Osho. Tuve un atisbo a la verdad antes de regresar a mi estupidez usual. La vida latía y pulsaba en ese árbol y en todo lo que me rodeaba y estaba adentro de mí.
De pronto, otro verde, el del semáforo, me sacó de mis cavilaciones. Y ahorita, sigo contando los mil motivos maravillosos para sentirme afortunado por haber amanecido. Los tordos, urracas, y zacateros, me enseñaron que quejarme de cualquier cosa, era desperdiciar la vida.
Benditos sean los pájaros que siempre se levantan cantando; una cura para el Alzheimer existencial. Vistos desde la perspectiva de no perderse el momento, son más sabios que los humanos. Me recuerdan que, ante lo que nos duele o nos tumba, pero no nos mata, volver a estar despiertos cada mañana es un prodigio. A pesar de la estupidez usual, hay siempre la oportunidad de ser distintos, de renacer, de reinventarse…
·        Versión ilustrada en archivo adjunto. Gracias por tu tiempo y por reenviar y compartir nuestros mensajes.
¡Cumplimos 12 Años!
Asociación de Psicología Humanista.
México – Costa Rica – USA
 
Freedom cumple en agosto, 12 años. Muchas gracias a mis queridos compañeros y colegas, a todos los miembros de la Red de Conciencia Social, en México y el resto de los países enlazados. Gracias a las personas e instituciones, que han sumado sus esfuerzos para dejar de pensar sólo en sí mismos y apostarle al pensamiento sistémico, a interesarse en el bienestar de los demás. 12 años de vivir en el paradigma de la colectividad. 12 años de promover la Educación Emocional. 12 años convencidos de que nuestra máxima aspiración ha valido la pena: Volver a Ser Tú Mismo… ¿Te Imaginas?
 
Mil felicidades, un abrazo fraterno y que Dios los siga bendiciendo. Los quiero muchísimo.
 
Atentamente:
 
Lic. Gabriel Rubio Badillo, Director General.

FACUNDO CABRAL: Estas manos

Mons. Joaquín Antonio Peñalosa: DECÁLOGO PARA SABER ENVEJECER


1. Cuidarás tu presentación día con día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! El peinado, la ropa, todo atractivo, oliendo a limpio y a buen gusto. EL buen gusto es gratuito, no cuesta nada. Que al verte se alegren tu espejo y los ojos de los demás.

2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
3. Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las rosas, contestar el teléfono, cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón. Contra inercia, diligencia.
4. Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado, la cabeza gacha, La espalda encorvada, Los pies arrastrándose. No. Que la gente diga un piropo cuando pases: Qué derechito el señor, qué altiva la señora.
5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Acabarás por creerte más viejo, más viejo y enfermo de lo que en realidad estás. Y te sacarán la vuelta. A la gente no Le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten: ¿Cómo estás?, contestarás que divinamente.
6. Cultivarás eL optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo. El corazón no envejece, el cuero es el que se arruga.
7. Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible. Y ayuda, ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás, dejarás de estar pensando en un “yo” angustiado y solitario. Sólo cuando se abre la nuez aparece la almendra.
8. Trabajarás con tus manos y tu mente. EL trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística. Haz algo, lo que sea y lo que puedas. Una ocupación artesanal; un rato de lectura; un trozo amable de TV; la música. La bendición del trabajo es medicina para todos los males.
9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las que se anudan en el hogar, integrándote a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Luego ensancharás tu corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente unos viejos como tú. Huye del bazar de las antigüedades.
10. No pensarás que “todo tiempo pasado fue mejor”. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No digas a cada palabra “las cosas andan mal, allá en mi tiempo…” Positivo siempre, negativo jamás. El anciano debiera ser como la luna, un cuerpo opaco destinado a dar luz.