sábado, 19 de mayo de 2012

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

¿POR QUÉ CARLOS FUENTES?
Al siguiente minuto de su muerte un hombre se convierte en recuerdo.  Cuando ese hombre  se caracterizó por hacer algo especial de su vida,  pasa a ser parte de la historia.
   Carlos Fuentes ha partido; el ser físico que contenía su espíritu fue vencido por  su condición perecedera,  misma que en un  instante  permitió que esa pluma incansable se volviera ave y emprendiera el vuelo.
   Ahora bien, lo que vuelve extraordinaria la partida de Carlos Fuentes es  justo lo  extraordinaria que fue su labor creativa.
   Cuando hablamos de “cultura” solemos  asumirla como condición   exclusiva de  una élite privilegiada,   que abre zanjas y distingos entre “lo culto” y “lo inculto”, cuando en realidad la palabra en su acepción última  se refiere al desarrollo de un sentido de comunidad, mediante la generación de   elementos semióticos que faciliten la búsqueda de una identidad común.
   Bajo la concepción tradicional de “cultura” los escritores parecieran artículos de lujo, y más  los distinguidos y cosmopolitas como Fuentes, quien  se  desenvolvió entre las figuras sagradas del arte y  la intelectualidad.  Sin embargo, cuando hablamos de “lo cultural” para significar todo aquello que nos   permite trascender como grupo, la  labor del escritor pasa a entenderse como la creación de una identidad común a través de la palabra.  El mismo Fuentes lo expresó: “Convertir el cobre de lo cotidiano en oro”,    mediante una suerte de visión personal, --agregaría yo.
   Si de algo está urgido el ser humano  hoy en día es de un proceso de humanización.  Necesita hallar  para su vida un sentido último frente a la avalancha de  cuestiones negativas que le salen al paso de manera continua.   Comienza a ser preocupante, el cúmulo de violencia que nos rodea   genera sentimientos negativos en nuestro interior, que tantas veces no hallamos cómo exorcizar.   Un buen libro es gran ayuda  en este proceso  de entender qué hay detrás de personajes, actitudes y  fenómenos sociales potencialmente dañinos con los que nos enfrentamos en el día a día.  Mediante la palabra el escritor nos ofrece su  interpretación de los hechos, que facilita entender nuestro propio estado interno.
   Mientras nosotros abarcamos lo inmediato, el escritor  tiene la capacidad de visualizar el conjunto,      facilitando  comprender qué relaciones guardan los fenómenos del  aquí y del ahora en el contexto cósmico.   Estudia el pasado para entender el presente, y en un arranque de lucidez, parte del ahora para imaginar, junto con nosotros  el futuro.
   Cada texto tiene tantas lecturas como lectores lo aborden, inclusive un mismo lector hallará en determinada obra distintas significaciones según  su momento histórico, la experiencia acumulada, y sus expectativas en esa precisa etapa de su vida.
      El escritor, como el cantante o el poeta se  aproxima a los sitios prohibidos, explora sin pudor;  roza la muerte tan de cerca que  pareciera llevarnos  con él a morir.  Se hermana con los  de abajo hasta meterse dentro de su piel,   y a partir de ello  nos presenta su visión particular del mundo.   Entonces, y sólo entonces, el escritor se vuelve voz y llanto, y canto.   Plasma con la palabra esa verdad punzante, la hace suya, y finalmente la salva del dolor de la desmemoria.
   A través de su obra Carlos Fuentes nos lleva a congraciarnos con  el personaje en turno,  mediante la palabra nos identificamos con una parte de éste, sus pasiones, ambiciones, y revueltas.  Nos lleva de la mano a conocer sus amores, tanto los  inocentes como los   lúbricos, hasta que reconocemos  como lectores que no hay tanta distancia entre aquéllos y los propios.  Unas veces  el Gringo viejo nos sume en la más profunda de las soledades; otras  tantas la viuda de Llorente, tía de Aura apela a nuestra tristeza a partir de la suya. Y unas más descubrimos en Artemio Cruz, más allá del hombre calculador y astuto, al ser humano cargado de ilusión que asoma a través de la coraza del  frío usurero.
   ¿Por qué Carlos Fuentes?... Porque es  un espejo  que nos ayuda a perdonar nuestros propios errores. Porque nos recuerda que no hay desgracia  sin esperanza, y porque finalmente, a través de sus variados personajes, como si de atuendos se tratara, nos permite probarnos uno y otro,   y reinventarnos.
   “La Región más Transparente”, novela urbana por excelencia, ejercicio de rescate histórico que el  autor hace de un ayer que se ha ido, para  ponerlo  a salvo del ingrato olvido.  Se congracia con el folclor popular que vino a descubrir a su llegada a  México siendo adolescente;  no conforme con conocerlo  a través del aséptico escaparate, lo penetró  hasta confundirse con sus elementos para, a partir de ese momento,  comenzar a entenderlo como museo vivo,  de suerte que no olvidemos de qué estamos hechos los mexicanos.
   Descanse en paz el hombre.  Nunca jamás sus letras vivas.

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Los mismos
Lo dijo bien el presidente Calderón: Se acaba su gobierno, no el mundo.
Hay vida para México después del 30 de noviembre.
Estrenamos lider y programa, que no es poca cosa.
Pero los ciudadanos somos los mismos, con las mismas responsabilidades.
Depende de nosotros restablecer el imperio del Derecho.
Pagar y pagar bien los impuestos para que alcance para los más pobres.
Vamos por nuevos partidos, por nuevos sistemas educativos.
Todo se puede, si entendemos que México es nuestro, no de sus presidentes.
jvillega@rocketmail.com

VIDEO: Animación de Cristóbal Vila

A través del contenido de este video podemos observar cómo las matemáticas rigen los procesos naturales y se recrean en éstos.

LA MUERTE ES ALGO NATURAL: Texto de Chico Sánchez

En esta ocasión descubrimos en Chico Sánchez, fino amigo, extraordinario  fotógrafo, una nueva faceta: La de escritor.  Me platica  que mientras trabajó para la Agencia EFE cultivó este quehacer; para mí  es una grata sorpresa que hoy  me place compartir con ustedes.

Hace sólo unos días sucedió algo que me dio una gran lección sobre la vida y la muerte. Mientras caminaba por una de las calles de mi pueblo un golpe fuerte sonó sobre mi cabeza. Se trataba de un disparo con una escopeta de balines impactando con las hojas de un naranjo. Oí pájaros revoloteando y a mis pies cayó un gorrión casi muerto. Si bien el disparo no le había matado el pequeño ser agonizaba. Lo tomé en mis manos y lo llevé rápidamente a mi casa, mis padres tienen dos pájaros y por ser gente criada en el campo pensé que quizá podríamos salvarlo. Como veis en la foto llegó muy mal. Casi muerto.

   Dicen las personas del campo que a los gorriones hay que mojarles las patas con agua para reanimarlos. Tras un buen rato logramos hacerlo. Le pusimos de comer y de beber pero el gorrión se negó a hacerlo, es como si hubiera aceptado su muerte. El veterinario no estaba abierto hasta el día siguiente así que probamos con los remedios que conocíamos. Tras un rato logramos reanimarlo, logró moverse y se metió bajo los muebles. Cuando lo vimos recuperado lo llevé al árbol de donde cayó, probablemente ahí estaba su nido y sus padres lo cuidarían. Por estar tan débil cayó del árbol y fue a esconderse debajo de un coche. Unos gorriones nos sobrevolaban, probablemente eran su familia. Alguna vez, cuando no están heridos, la familia los recoge de nuevo.          Segundos después, mientras lo observaba, un gato negro se acercó frente a frente para devorarlo. El pájaro entendía que su momento había llegado y no hacía nada por huir del gato, ambos se miraban en un momento que paradójicamente es natural. En ese momento me vi contemplando la sabiduría de los animales ante la muerte y su aceptación hacía ella como algo natural. En ningún momento tuve una sensación desagradable cuando vi al gato y al gorrión frente a frente, ambos aceptaban las cosas como son. En ese momento pensé que debí dejar el ciclo de la vida seguir su curso y marcharme, pero pudieron más mis ganas de salvarlo, me interpuse entre el felino y él, lo tomé en mis manos y lo llevé de nuevo a mi casa donde seguimos cuidándolo.
   Por no comer ni beber, cada vez estaba más débil. La situación me hizo entender que la muerte es algo natural y parecía que nuestros esfuerzos probablemente no servirían. Su estado físico era tan débil que no sobreviviría. Por otro lado me dio pena del hombre que apretó el gatillo, probablemente esta persona no es consciente de que al destruir la vida está destruyéndose a sí mismo. Un día su conciencia despertará y entenderá qué muerte tan injusta dio a estos animales. No mató por necesidad, ni para alimentarse, ni para defenderse, mató por matar. La caza es, cuando no se hace por necesidad, una de las actividades más inhumanas que existen. Pensé en lo bueno que sería si estos niños en lugar de ser enseñados a matar a los animales que permiten su supervivencia, fueran enseñados con una cámara en la mano a observar y contemplar las maravillas de la naturaleza. 
   Al final, no pudo ser. Al llegar la noche murió. Después de un rato la vida abandonó a este pequeño mientras estaba en mis manos intentando darle calor. Por lo menos tuvo un final digno y su muerte servirá para crear conciencia entre los que lean este blog. Aunque sabíamos que probablemente no sobreviviría lo intentamos hasta el último momento. Creo que a todos nos quedó la pregunta de por qué matan por matar, quién da ese poder a quién. Sin ninguna necesidad, sin ningún motivo, este pájaro, como tantos otros animales y plantas perdió la vida sólo para entretener a alguien que no tiene conocimiento de que lo que hace a este pájaro se lo hace a él mismo y a sus descendientes. 
   Los animales que conviven con mi familia son enterrados juntos. En un lugar escogido en el campo están todos y así los podemos visitar. Este gorrión, que formó parte de nuestra familia, ya está enterrado allí. Ojalá la muerte de este pájaro sirva para que las personas que cazan o apoyan la cacería cambien la escopeta por una cámara fotográfica y perpetúen en imágenes las maravillas de la vida animal y la naturaleza. Los animales no necesitan mausoleos, ni placas, ni títulos póstumos, ni homenajes, ni misas, ni ceremonias. Los animales vuelven a la naturaleza a la que pertenecen. Para ellos, como la vida, la muerte, es algo natural.

   Visita el trabajo de Chico Sánchez en: http://www.chicosanchez.com/espanol/



CONSERJE SE GRADÚA DESPUÉS DE 12 AÑOS

Fotografía de Jason De Crow para AP
   Nueva York.- Durante años, Gac Filipaj trapeó pisos, limpió excusados, y se ocupó de  la basura en la Universidad de Columbia.
    Como  refugiado  tras  la guerra de Yugoslavia,   ganaba el diario sustento trabajando para la escuela de la Ivy League.  Pero este domingo fue recompensado: El conserje de 52 años vistió su toga y birrete para graduarse con el grado de Licenciado en  Cultura Clásica.
   Siendo  empleado de Columbia, no tuvo que pagar por las clases que tomaba.  Su tema favorito  era el correspondiente al  filósofo y estadista romano Séneca, dijo el intendente durante un receso de su trabajo en el Lerner Hall, el edificio de la unión estudiantil que limpia.
   “Me gustan las cartas de Séneca porque están escritas en el espíritu en el que fui educado en mi familia --no buscar fama ni fortuna, sino vivir una vida honesta y honorable”, dijo.
 Para Filipaj, la licenciatura llega después de años de estudiar durante la noche en su departamento del Bronx,  donde   llegaba a abrir sus libros después de una jornada de 2.30 a 11 pm como “trabajador de  labores  pesadas”, el nombre de su puesto.
  Antes de un examen o cuando tenía que terminar un reporte,  se desvelaba tanto que dejaba  atrás  a los trasnochadores, luego acudía a clases en la mañana, y después  a trabajar.
   El domingo en la mañana, en el cuadrilátero verde y soleado del campus de la Unidad Manhattan de la Universidad de Columbia, Filipaj despertó grandes sonrisas y muestras de apoyo conforme descendía del podio  tras  estrechar la mano del presidente de la Universidad de Columbia Lee Bollinger.

VIDEO: Todos somos 132

Jóvenes estudiantes de distintas universidades han alzado la voz para expresar su descontento por el estado de cosas que prevalecen en nuestro país. Han puesto muy en claro qué quieren, y proponen la forma de lograrlo.
Tenemos el deber moral de escucharlos.

BENEDETTI, EL ASMA Y LOS ALEMANES por Eduardo Galeano.