domingo, 31 de octubre de 2021

Prosa poética de Teresa Cervantes


Por primera vez nos acompaña esta joven escritora, gran lectora,  dueña de un estilo único para hablar sobre eventos cotidianos que, a través de su palabra se vuelven significativos. 

Una vivencia personal desde una calle en la ciudad de San Luis Potosí, le inspiró el fragmento que hoy nos comparte.  ¡Bienvenida, amiga!





Hacía falta sentir lo que era caminar entre las nubes. Dicen que los zapatos se cuelgan en honor a los que ya no están. Solía estar, entre los charcos, brincaba para ver el agua saltar a mi paso, como un Moisés moderno me abría paso en las calles inundadas. No había tormenta que se me impusiera. Hoy, son las nubes las que me abren huecos para mirar el paraíso, porque los sueños están a la vuelta de la esquina, listos para materializarse a la llegada del paso de mis botas rojas...



Día de muertos: Cortometraje de Jorge Domínguez

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez





Qué maravilloso es sentir la magia de transportarte a través del tiempo a tu infancia. Todo fue ver en el cemento del parque plasmada la figura de un juego que, obvio, había sido dibujado por un infante, me hizo regresar décadas, varias por cierto, a esos tiempos en que en el barrio, jugábamos mi hermana y yo con los vecinos. Horas de entretenimiento sano, divertido en donde las horas transcurrían sin prisa, en donde las risas se combinaban con la actividad física, donde sin darnos apenas cuenta, socializábamos en armonía, dibujando con un simple trozo de gis, un "mamaleche", un caracol, un "declaro la guerra", la guerra más pacífica que podíamos haber jugado.

Así transcurrían las tardes, sin necesidad de artefactos de ninguna especie, con plena libertad de usar las calles, sin miedo alguno, disfrutábamos con tanta sencillez, sin añorar más nada, porque reír, convivir con alegría, era muy barato y sin embargo tan valioso, que permanece en todos nosotros como parte de las vivencias más felices de nuestra vida, estoy segura de eso.

Encontrar en estos días, que alguien intentara rescatar esos juegos que ya suenan antiguos y obsoletos, me hizo sentir que se puede recuperar la esencia de aquello que nos da felicidad, de simplificar las formas sin perder el fondo.

Cada vez son más costosos los juegos para entretenimiento de los niños, cada vez más solitarios, menos activos físicamente, más sofisticados, complejos, solo accesibles a unos cuantos y deseados por todos, porque los hemos convertido en objetos tan deseables, que hasta infeliz se siente el que no los posee.

Volver a la esencia de aquello está a la disposición de todos, fácilmente, y que genera la misma sensación de felicidad, que nos permite convivencias en donde lo principal no es el costo del juego, sino el deseo de relacionarnos con los demás, de compartir risas, habilidades. De invertir energía física y cargar energía espiritual, que prevalece, porque en ella van cadenas de afecto que se construyen tan simple y sencillamente al jugar.

Reencontrar la magia de un simple trozo de gis, que más allá de dibujar un juego, nos deja en la memoria y en el corazón, el recuerdo de una niñez en la que se fue feliz con tan poco, que resulta difícil creer en su permanencia. En el anhelo de que nuestros niños de ahora reencuentren en la sencillez de esos juegos la fórmula ideal de vivir el juego de la vida, sin tanta complejidad, sin artificios, descubriendo que ser feliz no tiene por qué ser inalcanzable, ni de alto precio.

Llorona interpretada por Sofía Meneses desde Oaxaca

domingo, 24 de octubre de 2021

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

UNIVERSIDAD DEL PUEBLO

Según el presidente López Obrador, la UNAM se ha corrompido.  Coincide en fechas con la conmemoración del proyecto vasconcelista de educación nacional.  Vasconcelos fue el creador del lema de la UNAM: “Por mi raza hablará el espíritu”.  Fabio Moraga, experto vasconcelista, destaca que  la UNAM fue fundada como  universidad de la nación, del pueblo mexicano. Ahora, desde las mañaneras, el espíritu perdió su condición para volverse uno más de los desechos neoliberales tan satanizados.

De una u otra forma el presidente consigue captar la atención de todo México.  El problema viene cuando damos por sentado que su parecer personal y en ocasiones falto de apoyo documental, deba representar el sentir de todo el país.  Por lógica es imposible que quien habla durante dos horas cada mañana, pueda tener tiempo para gobernar y además para mantenerse debidamente documentado en la preparación de su siguiente discurso.  Hemos visto la cantidad de inconsistencias que se presentan en expresiones vertidas por el ejecutivo y varios de sus colaboradores cada mañana, con relación a tópicos de interés nacional.

Esta semana levantó ámpula al declarar que la UNAM se alejó de su misión original para convertirse en un bastión neoliberal.  De un plumazo pretendió desacreditar un proyecto educativo sólido, que ha sido reconocido no sólo en el país, sino a nivel internacional.  Hace casi cuatro años se presentó en su recinto un coloquio de nivel mundial denominado: “Los acosos de la civilización de muro a muro”. En éste participó entre otros, el intelectual Noam Chomsky.  El enfoque fue fundamentalmente  sobre el cambio climático y la forma como determinadas políticas de Trump estaban acelerando el  daño al ecosistema.  Se manejó en un ambiente por demás cordial, dentro del cual uno de los objetivos generales fue proponer estrategias para terminar con las diferencias y el rencor que existen entre diversas instituciones, para así fomentar el entendimiento.

Lawrence Krauss, creador de la iniciativa “Origins” contra el cambio climático, expresó en ese foro de manera acertada que, para que funcione una sociedad, tiene que estar informada.  Yo me extendería a considerar que la información tiene que provenir de fuentes autorizadas, de mentes preparadas para diagnosticar los problemas mundiales, proponer alternativas de solución y supervisar la aplicación de las medidas correctivas necesarias.  Las cosas no funcionan si las dejamos a la improvisación.  Entre mayor capacitación tengan los encargados, mejores resultados se obtendrán. Sin embargo, pareciera que, en el momento actual, dentro de nuestro propio suelo se van erigiendo muros ideológicos para dividirnos a los mexicanos, como si la idea fuera dibujar una cuadrícula social que nos va encerrando en pequeños grupúsculos que por razón de sus dimensiones pierden fuerza.  O, con algo de malicia, a ratos se antoja pensar que el propósito de confrontarnos y dividirnos sea en atención a esa máxima filosófica atribuida a Julio César: “Divide y vencerás”.

Noam Chomsky, lingüista reconocido a nivel mundial, habló del cambio climático, de las energías fósiles y sus consecuencias en este mismo siglo, que, a la vuelta de 4 años de su exposición en el 2017, ya se están presentando.  Hizo hincapié en lo que denominó: “la sexta extinción”, un proceso que se viene disparando debido a nuestra negligencia en el rubro ambiental. Habló de lo que dio por llamar “la tragedia de los comunes”, una consecuencia del capitalismo iniciado en  Inglaterra por Adam Smith, que deja de lado los intereses del pueblo a favor del enriquecimiento de los grandes capitales, lo que origina entre la población fenómenos como resentimiento, enojo y temor.

Tal vez esto sea lo que tanto señala el presidente López Obrador en contra del neoliberalismo.  Sin embargo, no se puede separar radicalmente la educación de excelencia del bienestar público.  No cabe el paternalismo en la capacitación de técnicos y científicos para sacar adelante un país.  Tan sencillo como esto: Ningún padre pondría a su hijo en manos de un médico que está preparado con ternura y cariño, pero sin los elementos científicos para resolver el problema de sus pacientes.  Necesitamos universidades de categoría mundial para alcanzar soluciones acertadas. Bien señaló Chomsky durante su exposición, que para conservar los bienes públicos se necesitan los medios para poder sobrevivir, y esos medios sólo se logran mediante capacitación en las diversas ramas del saber.

La buena educación cuesta, todos lo sabemos. Como mexicanos estamos dispuestos a que se tome de las arcas públicas  lo que se requiera para conseguirlo. Necesitamos estar conscientes todos. Por último, vale recordar que, por fortuna, la UNAM es institución autónoma.

SABIDURÍA POPULAR

 


HAUSER - Adagio para cuerdas de Samuel Barber