domingo, 18 de septiembre de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Conforme se van viviendo fracaso o sinsabores, uno va adoptando la costumbre de perder la fe que le resultaba inspiradora para vencer retos, para lanzarse por ideales.

No creo en la amistad, no creo en el amor, no creo en el matrimonio, no creo en nada ni en nadie. un "no creo" que nos va debilitando y nos va haciendo perder la fe hasta en nosotros mismos.

Como si vivir significara lograrlo todo, como si se nos hubiera prometido que veníamos a un paraíso terrenal.

Madurar es dejar de creer en fantasías, pero no implica el que tengamos que renunciar a fabricarlas, madurar no significa convertirnos en acumuladores de amargura, con todo y lo que el mundo nos defrauda siempre hay maravillas que nos reconcilian con él, no es justo para nadie convertirlo en un espectáculo gris, en oscura senda que no vale la pena recorrer.

No se puede evitar dejar de creer, pero se debe ser capaz de recuperar la fe, lo que hoy es, mañana no será, y lo que no ha sido hasta hoy, puede que sea mañana.

En esta vida hay que creer, porque bien claro está que la única certeza que podemos tener, es que por este mundo solo pasamos una vez y recorrerlo sin fe es recorrer un desierto en el que nunca hubo un oasis.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario