domingo, 23 de octubre de 2016

Poesía por María del Carmen Maqueo Garza

DIOSA LUNA DEL BRAVO

Cuenca del Bravo que tejió las historias que cuentan nuestros viejos. Corriente viva, fluir de un viaje sin tiempo, frontera líquida como espejo.

Quimera de un verde cegador, vuelan sobre ti las ilusiones de mis hermanos del campo, los más pequeños.

Tu lecho, cuna y tumba; margen de plata que a una vez divide y une ilusiones que habrán soñado los ciudadanos de bronce de las dos fronteras.

Reescribes tu historia cada amanecer cuando el viento entre los carrizos se siente músico y espanta con sus sones el letargo tranquilo de las aves.

Con singular ternura, al caer la tarde recoges los sueños del que aspira a cruzarte y te contempla extasiado, como a la mujer que se ama en secreto…

Más delante recibes el desprecio de quien habiendo alcanzado ese sueño ahora quiere olvidarte, arrancar sus raíces, negar sus amores mozos.

Llegan a posarse sobre tu piel líquida murmullos de un dolor que dices no recordar; las memorias son huesos enmudecidos en la hondura de tu vientre.

Agua que se vuelca mansa para el sediento que la aloja amoroso en el cuenco de sus manos; gozosa se da al niño que juega con verterla en su tina de plástico amarilla.

Despiertas algunas noches brava, madre impía, con furia arrastras a tu lecho para ahogar los sueños del que no sabe soñarte.

Agua que se crece orgullosa de tiempo en tiempo para recordarnos que es diosa luna, la del rostro pintado con figuras de cascabeles, la que llegó para quedarse precisamente aquí, entre estos dos mundos, hermanos gemelos nacidos de su vientre.

Voluntariosa madre impredecible, la que igual se viste con el color del apacible jade, que del púrpura profundo de la muerte.

De mi poemario: "De Cuerpo Ausente" (2010)

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