domingo, 16 de abril de 2017

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Mientras uno no aprende que la muerte es irremediable, casi siempre impredecible e inoportuna, y que la debemos ver amigablemente y no como enemiga, porque ni para qué discutir con ella, tiene la última palabra, no podremos tampoco vivir con la pasión que se requiere hacerlo.

Seguiremos pasando desapercibidos los mejores momentos en nuestro diario vivir y esperando siempre algo mejor que lo que el hoy nos proporciona, seguiremos dejando para mañana ese encuentro que se posterga porque definitivamente no hay tiempo.

Saber apreciar en toda su magnitud lo que es poder ver, abrazar, acariciar, oír la voz o leer un mensaje de aquéllos que seguimos en este mundo, en calidad de mortales, no lamentaríamos tanto el no haber dicho, el no haber hecho, el no haber estado.

Le tememos tanto a la muerte, que nos distanciamos de ella, ni oírla decir quisiéramos Tener que enfrentarla´con proximidad nos duele y nos aterra, pero pasa y como una mala experiencia la apartamos de la mente y nos volvemos a seguir flotando en la superficie de este mar, sin ver que nos estamos perdiendo del tesoro que existe en sus entrañas.

No se puede vivir todos los días pensando en morir, pero no se debe morir sin haber encontrado el significado de vivir y lo que dignifica a una vida.

Que la muerte no me haga sentir lo que debí haber vivido, que la vida no me haga desear la muerte, que una y otra tengan el sentido que marque una existencia en donde el arrepentimiento no se convierta en práctica rutinaria.

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