domingo, 11 de agosto de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


No solo es cuestión de hablar un mismo idioma. Para entendernos se precisa mucho más que eso.

La palabra transmite de acuerdo no solo a que la pronunciemos, sino al tono de voz que utilicemos, a nuestra expresión facial, al momento en que la expresemos. 

Varía según el estado anímico del que la dice y del que la escucha, a las circunstancias que rodean a los interlocutores. Influyen también los prejuicios, las expectativas de lo que uno espera oír. 

En fin, un sinnúmero de variables más allá del vocablo,  hacen que nuestra comunicación no conduzca nuestro sentir, nuestra intención, sin que sepamos a ciencia cierta que fue lo que falló.

Ser asertiva, elocuente, clara, precisa en el hablar puede no ser suficiente. Se requiere sensibilidad, prudencia, para saber a quién y cu+ando puedes decir tal o cual cosa. No a todos les puedes hablar igual, de hecho creo que todos tenemos más de una manera de expresarnos según sea la persona con quien conversamos.

No es suficiente para ser comprendidos, hablar un mismo idioma, siempre podrá haber malentendidos.  Solo queda buscar ser auténticos, sencillos y claros. Tener congruencia entre nuestro decir y nuestro hacer; de ser posible cerciorarnos de que fuimos comprendidos y de que comprendimos el mensaje. Recordar que la palabra escrita es más susceptible de tener interpretación equivocada, por ello todo aquello que reviste un interés especial, en lo que conlleva emoción de cualquier tipo, siempre será mejor hablarlo en persona.

Recordemos que el error más común no es lo que se dice, sino cómo se dice.

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