domingo, 22 de agosto de 2021

POESÍA de María del Carmen Maqueo Garza

 

EPIFANÍA DEL SILENCIO

La mañana del domingo es el rincón más apacible de la semana.  Todo parece dormir para cuando mis pasos rompen la quietud al alba de este día.

Mi pequeño jardín, pleno de verdor, si acaso se mece con el vientecillo que pasea, sigiloso, en torno a las exuberantes albahacas, que se sienten señoras de la tierra, inundando de aroma el aire que da cabida a sus verdes copetes.

Los ladridos de los perros de la casa vecina rompen en algún momento el silencio abacial de la mañana.  Es la vida, esa que no deja de revelarse en espacios insólitos.  Es la vida que se niega a darse por vencida frente al avance maligno de la enfermedad.

En mi jardín se hallan en pausa, como suspendidos, todos los dolores de quienes han venido sufriendo alrededor del mundo.  Los llantos de sus seres amados se esparcen cual gotas de rocío en el total silencio.  Se deja sentir la fragante esperanza, antes de que el hombre, y los ruidos del hombre, y sus hondas desazones, rompan el silencio monacal de las primeras horas.

Es por esa razón que corro cada mañana a mi pequeño jardín, a respirar la vida que aún se vuelca en derredor para mis sentidos. Quiero verla, escucharla, aspirarla hasta lo más profundo.

Este domingo, el rincón más apacible de la semana, me apresuro a  hacerlo, antes de que el tiempo, o la imprudencia, o un juego de naipes mal jugado, me lo lleguen a impedir.

1 comentario: