domingo, 3 de marzo de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

¿Cuántas veces habré pensado que era mejor haberme quedado callada? Ya para cuando lo estoy pensando las consecuencias van sucediendo. Desafortunadamente la velocidad de la lengua generalmente es mayor que la del razonamiento, sobre todo cuando se tiene que procesar una opinión que sea prudente, asertiva. Sigo teniendo el impulso de decir lo que pienso, y sigo equivocándome en las formas, creo que poco en el contenido, pero en las formas definitivamente sí. 

Decir lo correcto en el momento y el tono inadecuados, ante las personas equivocadas, conlleva a un mal resultado. Debe haber filtros que solo dejen pasar las ideas que transmitan el mensaje y no suenen a agresión, cuando de hacer ver lo que a nuestro parecer es un error. Pero dicen que genio y figura hasta la sepultura, sin que esto sirva de pretexto para poder escudarme, sigo creyendo que mis palabras siempre llevan la intención adecuada, sinceridad absoluta que son ásperas a veces porque quizá por no espero a buscar las condiciones ideales que las suavicen, ese es el mayor problema, no preparar el terreno, no programar, carezco de esa virtud. 

Si al escribir tengo la mala costumbre de no hacer borradores, al hablar menos, solo espero que se consiga con el tiempo encontrar más allá de las malas formas que empleo en algunas circunstancias, la esencia de un mensaje, que eso si sostengo en mi defensa, siempre es honesto y bien intencionado. Esto es toda una pública confesión, llevo ya en el pecado la penitencia, espero la absolución,

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