sábado, 26 de febrero de 2011

ECOS DE VIDA: Por María del Carmen Maqueo Garza



 La vida se abre paso, se perpetúa
bajo el sol, bajo la lluvia,
de día, de noche, 
en  los lugares más insólitos. 
Expresión universal
de barro y cielo,  piel sin fronteras
jadeos y agitación nerviosa.
Se abre paso inocente
con luz de luna sobre hierba suave.
Danza al fulgor misterioso de las velas
de  algún amor prohibido,
desde  la santa pulcritud del templo,
o bajo el sello de  la ley  humana.  
La vida continúa, se recrea
sin  que violencia alguna
alcance a amedrentarla. 
Se reafirma con cada creatura, 
en  el brevísimo instante del milagro 
cuando ese primer latido inaugura un eco 
que habrá  de alcanzar
desde hoy y para  siempre
hasta el último rincón del universo.

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