Pobreza
La pobrezaextrema es penosa, donde quiera que se sufra.
Pero ser pobre en lo alto de la sierra de Oaxaca es estar igual que todos los demás.
Lo odioso es ser pobre in extremis en Monterrey, en Guadalajara, en cualquier ciudad mayor.
Padecer hambre al lado de comercios pletóricos de frutas y verduras.
Caminar fatigosamente entre el zumbido de los autos lujosos con un solo pasajero.
Con los niños juntando botes en el basurero, frente a niños patinando en el hielo.
Lo más odioso no es la pobreza sino la brutal desigualdad.
El consejo es el de los abuelos: No cuentes el dinero delante de los pobres.
jvillega@rocketmail.com
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