Queridos amigos: Hoy es Domingo de Pascua y no hay Contraluz. En días pasados, como decimos en México, "me llovió sobre mojado", y a mi convalecencia quirúrgica se agregó un cuadro de intoxicación alimentaria del cual estoy apenas recuperándome, pero que en definitiva alteró mis planes editoriales para hoy. No hubo Contraluz en los periódicos en los cuales suele publicarse, ni lo hubo para el blog. Pero para no dejar un feo hueco en mi conciencia, comparto una pequeña reflexión:
Este último año ha sido para nuestro país en general, un tiempo de tragedia: Tragedia en las calles; luto en muchos hogares; fallas e indolencia por parte de la autoridad, y crecimiento de las fuerzas del mal. Ya nos cansamos de tanta nota periodística, de tantas imágenes, de tantos correos electrónicos que hablan de estos hechos de manera que llegamos a suponer que estamos en pleno Apocalipsis.
Precisamente hoy, cuando la Resurrección del Señor llena de gozo nuestros corazones, es el momento de asumir la existencia de otra manera, como un milagro que se renueva felizmente con cada amanecer. Estamos con vida; tenemos una salud que nos permite hacer lo que nos propongamos. Contamos con una familia que nos ama, y que está con nosotros en las buenas y en las malas; tenemos amigos, quizás unos cuantos, quizás más, cuya lealtad es a prueba de cualquier contingencia.
Cambiemos la óptica de nuestros sentidos, de nuestro entendimiento, pero sobre todo, de nuestro corazón: Dejemos atrás las sombras de la noche y demos frente al sol que significa vida y esperanza; colmemos nuestros sentidos de colores y formas bellas, y sincronicemos nuestro ritmo vital con el propio del planeta. Tenemos ríos y llanuras; tenemos mares y playas; tenemos bosques y tundras; tenemos mágicos desiertos y misteriosas selvas tropicales. Somos ricos en recursos naturales, pero sobre todo somos privilegiados como pueblo porque sabemos sonreír y cantar; convivir y compartir; creer y crear; levantarnos y recomenzar.
No permitamos que las sombras del mal se ciernan sobre todo lo que es hermoso y es nuestro. Hoy Jesús resucitado nos invita a un nuevo comienzo por la fe.
Feliz Domingo de Pascua para todos: Pido al Señor que la alegría de los cielos inunde cada uno de nuestros hogares y permanezca entre nosotros para siempre.
Mientras pongamos nuestras tribulaciones en manos del Señor, nada podrá el enemigo. Un abrazo:
María del Carmen.
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