Lo nuevo
Casi no lo percibimos pero todo cambia en derredor nuestro.
Otras costumbres, otros artefactos, modifican la rutina habitual.
Vea, por ejemplo, películas y programas de televisión de hace veinte años.
Todavía verá a los protagonistas fumando, con la copa en la mano.
¿Qué le extraña en la foto de una multitud de los años ochenta?
Que ni uno solo trae teléfono celular, IPod o Blackberry; no existían.
En la ciudad ya no ve gente descalza o calles sin pavimentar.
Esperemos que igual desaparezcan el "oye wey" y el lenguaje lépero.
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