Ahora que regreso me doy cuenta de que todo sigue en pie, y que no hicieron falta mis angustias y tribulaciones de cada día para que el mundo continuara su curso. Yo que sentía tan necesaria la aportación de todas mis preocupaciones y sobresaltos con el propósito de que el planeta siguiera girando, ahora entiendo cuán equivocada estaba. ¡Quién lo hubiera imaginado!
Todo sigue aquí tal y como lo dejé, no hicieron falta mis desasosiegos. De frente a ello ahora tengo la opción de decidir qué actitud tomo para el resto de mi vida.
Amanecer desde mi habitación, de frente a los Pirineos. |
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