domingo, 24 de febrero de 2013

CONTRATEXTO por María del Carmen Maqueo Garza


RUTINA
Se vuelve una rutina, sales de casa, pones doble chapa.
   En automático repasa tu mirada la calle a ambos lados antes de tomar la calle. 
   Si tienes carro propio te colocas el cinturón y aseguras las puertas antes de arrancar; si no lo tienes comienzas a sentirte vulnerable al primer paso.
   En automático, antes del primer alto verificas  que los seguros estén puestos.  Claro, si viste alguna figura sospechosa antes de salir de casa, das una o dos vueltas a la manzana  esperando a que se marche.
   En automático antes de salir de casa, cada día, sacas y metes plásticos de débito o crédito de tu cartera…    No llevas mucho efectivo, aunque claro, es conveniente dejar aparte algún billete… para  estar prevenidos en caso de un asalto.   Te lo dicen una y otra, y otra vez los correos electrónicos.
  Se vuelve una rutina, nadie sonríe, el que algún desconocido salude nos torna suspicaces.
 Volteas la vista a uno y otro lado antes de bajar del carro, y cuando vuelves; antes de entrar o salir del almacén; no se diga en los bancos.
   En automático piensas mal de cualquier cosa, de cualquier gente, antes de pensar de otro modo.   Desconfías hasta de tu propia sombra.
   Nos tornamos una gran masa humana llena de temores reales o inventados.
   Se vuelve una rutina vivir como en una selva, sintiéndonos presa y predador al mismo tiempo.   El sobresalto es parte del diario ir y venir, cada día, cada semana, cada mes.
    En automático llegamos al borde de la cama sintiendo la muerte reptar muy cerca, como mala sombra en las entrañas de la noche.

1 comentario:

  1. Carmelita: ésto ya es una forma de vivir en nuestro país. Una cosa te digo: si México fuera autobús, yo me bajaría de él.

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