RUTINA
Se vuelve una rutina, sales de casa, pones doble chapa.
En automático repasa tu mirada la calle a ambos lados antes de tomar la calle.
Si tienes carro propio te colocas el cinturón y aseguras las puertas antes de arrancar; si no lo tienes comienzas a sentirte vulnerable al primer paso.
En automático repasa tu mirada la calle a ambos lados antes de tomar la calle.
Si tienes carro propio te colocas el cinturón y aseguras las puertas antes de arrancar; si no lo tienes comienzas a sentirte vulnerable al primer paso.
En automático,
antes del primer alto verificas que los seguros estén puestos. Claro, si viste alguna figura sospechosa
antes de salir de casa, das una o dos vueltas a la manzana esperando a que se marche.
En automático antes
de salir de casa, cada día, sacas y metes plásticos de débito o crédito de tu cartera… No llevas mucho efectivo, aunque claro, es conveniente dejar aparte
algún billete… para estar prevenidos en caso de un asalto. Te lo dicen una y otra, y otra vez los
correos electrónicos.
Se vuelve una
rutina, nadie sonríe, el que algún desconocido salude nos torna suspicaces.
Volteas la vista a uno y otro lado antes de bajar del carro, y cuando vuelves; antes de entrar o salir del almacén; no se diga en los bancos.
Volteas la vista a uno y otro lado antes de bajar del carro, y cuando vuelves; antes de entrar o salir del almacén; no se diga en los bancos.
En automático
piensas mal de cualquier cosa, de cualquier gente, antes de pensar de otro
modo. Desconfías hasta de tu propia sombra.
Nos tornamos una gran masa humana llena de temores reales o inventados.
Nos tornamos una gran masa humana llena de temores reales o inventados.
Se vuelve una
rutina vivir como en una selva, sintiéndonos presa y predador al mismo
tiempo. El sobresalto es parte del diario
ir y venir, cada día, cada semana, cada mes.
En automático llegamos al borde de la cama sintiendo la muerte reptar muy cerca, como mala sombra en las entrañas de la noche.
En automático llegamos al borde de la cama sintiendo la muerte reptar muy cerca, como mala sombra en las entrañas de la noche.
Carmelita: ésto ya es una forma de vivir en nuestro país. Una cosa te digo: si México fuera autobús, yo me bajaría de él.
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