Con cariño y admiración para el colega y gran poeta peruano José W. Quiche, desde este pequeño espacio que acoge sus letras con particular emoción en un día como hoy. Gracias, querido Carlos Morales, por ser ese vaso comunicante entre su magnífica obra y nuestras ansias de belleza.
Papá: de ti tengo una evocación algo tenue, buida, que se entrelaza con los recuerdos coloridos de la que fue tu compañera y nos dejó un noviembre. Con esfuerzo rememoro los mediodías en que llegabas a la casita de techo de madera, la primera que tuvimos, trayendo siempre algo en tus manos. Esos frascos blanquísimos, cuya forma nunca cambió y que te daban en el trabajo para que no te enfermes. Eran peculiares esas botellas de boca ancha, cuyo ultimo recuerdo es haberla bebido una mañana, con los palomillas del barrio muy apurados en la puerta de casa de no se quien ni en donde, de regreso de una fiesta. Otras veces eran helados en aquellos colores y sabores inolvidables, y la alegría era general. Tu recuerdo esta ligado a un rostro sonriente ,a sentirse levantado en peso para, sentado en tus hombros, ver el desfile militar, o al periscopio que me compraste, y mi primera bicicleta .. Por entonces tenias en mi mente de niño la semblanza de un héroe, un titán que todo lo podía y eso me daba una seguridad ......que fui perdiendo conforme pasaron los años y caí en la cuenta de que también sabias enojarte, llenarte de ira y castigar y causar dolor en las carnes que tu engendraste. Y empecé a tenerte miedo, otros le llamaran respeto. Pero no te imaginas como recuerdo tan vividamente esa tarde en que me porte tan mal, y luego de aplicarme el escarmiento, así le llamaba el abuelo, te ganó el sentimiento, me abrazaste y por vez primera te vi así, tan humano, tan parecido a mi, también sabias llorar. Y fue la ultima vez que me castigaste. Eras, y lo sigues siendo, un padre muy bueno, pero esa época era así. Tu padre fue aun mucho más severo, me lo contaste. Casi sin percibirlo con el paso del tiempo ese temor, al ver que te podía tratar con mas confianza, se transformo en amistad. Si, desde mi adolescencia fuiste mi amigo, el que me dio mi primer trabajo como ayudante de electricista y me pagó. Te vi cada vez más añoso, pero también más sabio en muchas cosas y muy imprudente en otras, pero siempre lo callé. Y me tragaba mi dolor moral cuando llegabas tan tarde, o a veces no estabas el domingo. Papá cuanta falta nos hacías en esos momentos. Mucho después llegue a comprenderte. Queda en limpio el hecho de que casi nunca me fallaste. Siempre te preocupaste por mi y estuviste en los momentos mas cruciales y definitivos. En tus callosas manos puse el titulo que logre al final de casi diez años de expectativa. Y lo honro, como a ti. No se borrará de mi recuerdo tu emoción cuando por mi causa te sentiste abuelo por primera vez, ¡cómo saltabas.! Y ahí me enteré que los abuelos estaban hechos para malcriar a los nietos. Lo que jamás pudieran haber tolerado a nosotros sus hijos, en los nietos es una gracia mas. Te convertiste en cómplice de 'delincuente juvenil‘, tú anciano encubridor y un rapaz encantador de cinco años. Fue la época de tu mayor felicidad. Papá, ahora que el tiempo se encargo de inclinar tu cerviz, de debilitar tu fuerza, de opacar tu mirada, evoco el rostro de tu padre, aquel veterano del 41 todo bondad y optimismo, y creo profundamente que es verdad aquello que afirmo GABO de cuanto mas viejo un hombre se parece mas a su padre. Y algo mas, ahora cada vez eres mas que mi padre un poco 'mi hijo'. Ahora yo soy el intolerante que a veces te habla fuerte, te riñe y el circulo se cerrará el día en que yo sea quien te cargue, levantando tu frágil peso y el de tu cruz, aquella que llevamos todos los que nos atrevimos en la vida a prolongarla en los retoños. Entonces besaré tu frente y agradeceré a Dios por haberme dado un padre tan sencillo, austero y simple, tan parecido a la mayoría de padres, hombres nada complicados. Y a él, a mi viejo, lo estrecharé pidiéndole perdón por haber osado tratarle como a un niño............. José Quiche..
Una red social cuyo propósito es contribuir a enaltecer la calidad humana, la sensibilidad ciudadana y la autoestima. Un pequeño espacio que aliente, reconozca y difunda los valores de los diversos ciudadanos del mundo. Que nos impulse a cuidar del planeta, y a edificar la sociedad justa y buena a la que todos tenemos derecho.
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