Creo que nada te hace sentir más certeza de la sinceridad, de la autenticidad o congruencia entre lo que alguien te dice y lo que está pensando, que su mirada.
Ese lenguaje visual que transmite, que comunica sentimientos, que reafirma o niega lo que la palabra declara.
Parte esencial de un lenguaje corporal que no se debe perder en las relaciones humanas y que no puede ser sustituido por ningún icono gestual.
De vez en cuando hay que dejar de inclinar la cabeza en la búsqueda incesante de mensajes textuales para maravillarnos con el contacto frente a frente de las personas.
No dejar de ejercitar la conversación de tú a tú, en persona, en ese contacto directo y humano que no requiere tecnología y que parece práctica en extinción. Me encanta disfrutar de las ventajas de la tecnología, me asusta pensar que a futuro hayamos perdido la capacidad de comunicarnos con expresiones, inflexiones en la voz, gestos y miradas, miradas que sepan ser ventanas a nuestra alma que sigan siendo la mejor manera de reconocernos unos a otros como seres humanos sensibles, que no han perdido el gusto por tener estos encuentros y no cambian un chat, por una reunión,ni un mensaje por la inigualable sensación de escuchar una voz que a través del oído nos inunde todos los sentidos.
Que la tecnología una lo que la geografía separa, pero que no sea motivo de aislamiento de aquellos que tenemos la dicha de tener a nuestro lado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario