domingo, 17 de septiembre de 2017

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Recordar es vivir, no se puede vivir de los recuerdos. 

Pero la vida no es tan solo presente, sería aún más corta. 

El presente es el tiempo que menos vivimos, nuestra vida se compone en gran parte de pasado y en la esperanza de un futuro, que desconocido y totalmente incierto tan solo nos es permitido soñar. 

Por eso entretejo pasado con presente, a cada momento un recuerdo me invade el alma, a cada momento un nuevo suceso me ubica en el tiempo actual. 

En ires y venires de estos tiempos, voy adentrándome al futuro, sin apenas percibirlo ya llegué a él y cuando justo caigo en cuenta, está siendo también pasado

Nostalgia, esperanza, realismo, todo forma parte de esto que llamamos vida. 

No me aferro a ella, la disfruto y la reconozco tan efímera, como valiosa, la acepto sin ponerle condiciones, porque sé que me corresponde a mi adaptarme a ella. 

La vida no tiene palabra de honor, no promete, no asegura, ni tampoco es justa, pero es la mejor oportunidad de admirar la naturaleza, de reconocernos como seres humanos con toda la capacidad de transformar tristezas en alegrías, de recomenzar después de la tragedia, de recuperar la voluntad y la fe, de aprender a amar y de ser amado. 

De poder encontrar en un crepúsculo, en la luna, en las estrellas, en las olas del mar, en las montañas, gratuitamente y sin pedirlo el mejor regalo, tan solo por haber nacido en este mundo.

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