domingo, 17 de septiembre de 2017

Tehuana


Joven tehuana, acuarela de mi madre Melita G. de Maqueo, 1983.
Tehuana,
mujer de amplios ropajes
sonrisa enigmática, destellos de oro
como luces de tiempo.
     Mujer de mirada larga de mar,
diestras manos que horadan lienzos
para sembrar  historias de colores
que adquieren vida propia.
     Mujer sin edad, a ratos seria, lejana
y a ratos vuelta
gracia vibrante, risa sonora.
     Tú que te hablas con los vientos
y la tierra
te sientes traicionada. Esta vez
la voz de las Xhahuelas,
Ña viida, Bishose Biida no te advirtieron.
     Lloran tus lágrimas aquello que se fue
al cimbrarse la tierra, aun así --lo sabes--
no lo has perdido todo,
conservas tu mirada larga de mar,
la magia de tus manos,
te canta al oído
el murmullo suave de los tiempos.
     Más allá de lo que has perdido
está en ti la convicción,
mujer de barro y viento,
de alzar la mirada
y volver a empezar.

Agradezco a mi querida Pravahi Laura el interés y el apoyo lingüístico para este poema.

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