CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

México se estremece y nuestros corazones con él.

Estamos dolidos, abrumados por la tragedia que llega abruptamente y nos hace reconocer nuestra vulnerabilidad.

Se derrumban edificios, se derrumban sueños, lo más doloroso, se extinguen vidas.

Coincidencia fatídica, que pareciera fantasía de una mente perversa, de nuevo un 19 de septiembre los mexicanos estamos con el alma a media asta.

Momento de orar y hacer cadenas, cadenas humanas que se entrelacen y lleguen hasta los sitios donde se necesita de apoyo. Así como esos héroes civiles que audaces y humanitarios se atreven a arriesgar sus vidas para prestar auxilio.

Estas tragedias nos impulsan a ser solidarios, generosos, compasivos, en una gran mayoría de nosotros permite que afloren los sentimientos más nobles, capaces de conmovernos ante el dolor ajeno, porque lo hacemos propio.

Nos identificamos como nunca como compatriotas, decididos a no dejarnos derrotar por la adversidad, a prestarnos el abrigo ante la gélida sensación de la desgracia.

Se rompen murallas en creencias, en geografía, ideologías, somos un pueblo unido que lucha por no dejarse caer.

Somos un pueblo de grandes voluntades,de principios, de valores que emergen a la superficie y nos hacen ver que México puede rehacerse ante la peor catástrofe.

Mantengamos estas virtudes a flote, hoy más que nunca pero también cuando regresemos a nuestra vida habitual, que no se pierdan estas capacidades y que no sean como traje ocasional que después se guarda y no se vuelve a usar.

México sigue en pie, los mexicanos con él.