domingo, 17 de mayo de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


"Yo soy yo y mis circunstancias" dijera el pensador español José Ortega Gasset en los albores del siglo XX, definitivamente el medio no se puede separar de nuestra persona.

Eso resulta cierto en las esferas biológicas, psíquicas y sociales. Situaciones como la que actualmente estamos atravesando nos debe dejar tantos aprendizajes positivos, que nos debieran llevar a mejorar nuestra vida en todos sentidos. La historia ha mostrado que sí hay cambios radicales posterior a eventos de esta índole, pero desgraciadamente no son a largo plazo, y la humanidad retoma sus prácticas inadecuadas de vida, y sigue en esta inercia hacia la autodestrucción y la del planeta.

Hemos visto cómo la enfermedad que hoy nos azota, el COVID-19 tiene muchas más repercusiones en gente obesa, diabética e hipertensa, principalmente. Si eso no nos lleva a recapacitar y modificar aquello que da origen a estas enfermedades que conviven con nosotros en forna endémica, y que ya vemos con tanta familiaridad, sin que decidamos de una vez por todas hacer algo para combatirlas, y que son resultante en gran medida de nuestros malos hábitos alimentarios.

Cierto es que no todo depende de nuestra elección, sino de la oferta alimentaria que hay en el mercado, Tristemente hemos sido víctimas de una empresa alimentaria que sin ninguna ética, nos ha invadido de alimentos carentes de valor nutricional,  alimentos chatarra, ricos en azúcares, grasas e ingredientes dañinos, y con una información nutrimental amañada que no nos da tampoco mucha oportunidad de elección,

Importante saber, que si bien podemos tener predisposición genética a estos y algunos otros padecimientos, nuestros genes pueden activarse o no. Significa que, hasta cierto punto, son disparados por nuestros hábitos o conductas. Existe el genoma y el epigenoma, que es precisamente a lo que acabo de referirme, y el ambioma siendo éste nuestro entorno social y emocional. Todos ellos en interacción para poder lograr una vida en equilibrio, una mejor expectativa de vida.

Si esta vez no aprendemos, por lo menos a modificar lo que está en nuestras manos, y buscamos cómo nutrir nuestro cuerpo, mente y espíritu saludablemente, habremos desperdiciado esta dolorosa lección de vida, y solo habrá entonces lamentables resultados y un futuro sin posibilidades para nuestras generaciones venideras, que sea más prometedor.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo. En este estado he vivido en Torreón y en Piedras Negras, donde vivo actualmente. Me ha llamado la atención en PN la cantidad de gente diabética y los pocos endocrinólogos que hay para la población. Ojalá se animaran de perdido 2 para cubrir esta necesidad imperante. Y la alimentación es pésima. Tambien nunca he visto un pueblo o ciudad que comiera tanta pizza. Con la fritanga nuestea y la influencia del fast food estadounidense se agrava esta situacion.

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