domingo, 12 de julio de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Hoy desperté con el recuerdo de mis viajes familiares en tren a la ciudad de México. Era muy divertido, mi madre preparaba un "itacate" con variados alimentos, en los que --déjenme decirles--, no se incluían alimentos chatarra . Eran alimentos nutritivos, sanos, y además en las distintas estaciones ofrecían diferentes antojitos, regionales riquísimos, No estábamos invadidos por tanto alimento industrializado superprocesado y nocivo; definitivamente era más sano, y el viaje en tren se disfrutaba gozando de los distintos paisajes y con mayor seguridad que los viajes por carretera.
     Ahora parece un cuento, todavía me duele recordar que buena parte del tiempo me adormecía el ruido del tren, y mi madre me tenía que despertar para que no me perdiera escenarios preciosos del trayecto.
     Se atravesaba por túneles donde a veces permanecíamos por unos minutos --que parecían eternos- en la total obscuridad. Tomarme de la mano de mi madre y saber que no estaba sola mitigaba el miedo, íbamos todos, eso me daba seguridad. Cuando lograba ver la luz al final del túnel, un largo suspiro me liberaba de la tensión, y regresar a la luminosidad del día me daba una sensación de paz, de tranquilidad.
     Eso da el amor, eso da la solidaridad, el saber que uno no atraviesa solo los túneles obscuros que a lo largo de nuestra ruta de vida se presentan; a veces parecieran como ahora interminables, donde pasan los días y no se advierte un rayo de luz que indique la salida.
     Entonces me remonto a esa sensación de aquellos tiempos y siento el cobijo de mi gente, de la que amo y me ama, y me afianzo en la fe en Dios, y en la fortaleza que esa alianza de tantos cariños me provee.
     No voy sola en este paso a través del túnel, y sé que saldremos a la luz, resueltos a a mantener, a reafirmar nuestras relaciones, porque habremos valorado cuan importantes somos los unos para los otros, y la luz nos inundará no solo la vista, sino el alma.
     Gracias por hacerme sentir segura, por mitigar mis miedos, por alentarme y darme la certeza de que pase lo que pase, siempre estarán ahí a mi lado, aún rebasando las fronteras geográficas y las de este espacio terrenal, como logra hacerlo el recuerdo de mi madre.

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