domingo, 3 de enero de 2021

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



¡Feliz año nuevo!

Vamos de nuevo, como cada año a cambiar dígitos en el número para con ello intentar resetear la vida y así mismo nuestra voluntad; para tomar impulso sintiendo que estrenamos plataforma, para que la inercia de un sentimiento se venza, tan solo porque la sensación de que un tiempo termina y otro empieza, como si esto no sucediera en forma constante, pero que como medida de tiempo hemos aprendido a valorar más cuando es anual.

En realidad constantemente estamos reiniciando la vida, el presente es pasado en cuanto lo estamos viviendo, pero sentir que se puede dejar atrás lo vivido, máximo cuando estuvo cargado de experiencias negativas, es un aliciente que revitaliza y nos hace sentir que renacemos de alguna manera, que se nos brinda una nueva oportunidad para que si bien nos fue nos vaya mejor, y si nos fue mal se nos enderece de un tirón la puntería.

Que este placebo que nos da el cambio de año, surta efectos benéficos y duraderos, sobre todo en nosotros mismos, aunque las circunstancias no cambien, y que si lo hacen sea en el sentido que sea, podamos soslayar los miedos, afrontar con valor la adversidad; sobreponernos al dolor, recuperarnos de los duelos, mostrar empatía con los que sufren, y recrearnos agradecidos con lo que se nos sigue día a día ofreciendo en pequeños grandes detalles que a veces menospreciamos y que son totalmente gratuitos.

Este año que recién nos deja, o dejamos atrás, nos marca a toda la humanidad, dejando cicatrices indelebles que tendremos que aprender a valorar como lección de vida, de vulnerabilidad, de frágil esencia humana, que solo se puede mantener con fortaleza en la espiritualidad, con el mantenimiento de la fraternidad, enlazados unos a otros con amor; manteniendo distancia obligatoria físicamente, pero sin que haya geografía ni circunstancia alguna que nos impida acercamiento sentimental. No hay mayor barrera entre los seres humanos, que el rencor, que el egocentrismo, que la soberbia que nos lleva a ser hostiles, indiferentes a veces sin justificación o a consecuencia de diferencias de criterios, de credos, o tan solo de distintas percepciones de una misma situación. 

Este año más que nunca me deja ver la cercanía con la muerte, con el infortunio; a valorar a quienes han sido y son a lo largo de mi recorrido en este mundo, fuentes de energía vital, inspiración, pilares. Mi fortuna mayor que mantiene en mi la magia de encontrar en esta vida, en cada día, por aciago que éste sea, por lo menos un momento de alegría.

¡Feliz año a ustedes, mis amigos, mis adorados hijos, mi familia! Permítanme una sincera confesión, mi cariño por ustedes desinteresado no es, admito que tiene fines lucrativos, gano tanto con ello, me enriquezco, que la ambición me gana y mi avaricia me impide siquiera pensar en perder tan solo un poco de todo ese cariño. 

A iniciar este año, que es de estreno, haciendo uso de cada minuto de su tiempo con la mejor disposición a valorarlo, a mantener nuestros corazones en armonía para juntos elevar un canto de amor que en cada nota nos haga sentir que hay un mañana donde de nuevo podremos abrazarnos, decirnos frente a frente sin miedo a contagiarnos de otra cosa, que no sea de amor, de felicidad, de la emoción incomparable que puede darnos ese acto que transmite tanto afecto y que sé que más que nunca, hoy anhelamos, sobre todo el abrazo de año nuevo que posee ese misticismo particular que nos llega al alma y nos deja un perdurable de abrigo espiritual.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario