domingo, 9 de enero de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Creer en uno mismo, creer en los demás, creer que existe un Dios, con la concepción que cada quien desee darle. Creer en el amor como la fuerza invisible, invencible, el lazo intangible más fuerte que puede unir a las almas, aún cuando la distancia separe los cuerpos que las contienen. Dar paso al sentimiento cuando la razón atormenta demasiado con la realidad y permitirse recrear aquello que en ocasiones no va de acuerdo con normas establecidas. Dejar a un lado por un momento lo que debo hacer y hacer lo que deseo, sin daños a terceros, sin faltarse a sí mismo ni a los demás, pero sin ser presa de juicios ajenos que limiten un sueño que está al alcance de la mano realizar y que se inhibe tan solo por el que dirán. Finalmente siempre habrá algo que la gente terminará diciendo.

Somos autores de nuestra propia historia. Los lectores son tantos y tan diversos en su concepción de la vida, que nunca tendrán un juicio unánime sobre ella. La vida nos va dando la opción de discriminarlas para elegir los argumentos que nutran nuestra historia con vivencias que nos guíen a conquistar la paz interior, la fe en la vida. Esa no radica en juicios ajenos.

Creer en nosotros mismos, en un Dios. Tener la sensibilidad y sentido común para elegir en quien creer. Creer en que esta vida se nos dio con un propósito, que cada quien encuentra distinto, que a veces tristemente nunca consigue hallar.

He vivido y continuaré viviendo con el propósito de hacer de esta mi vida, reflejo de mi esencia humana y por ende perfectible. No una vida modelo, pero sí una vida que siempre sea llevada por el amor, por la congruencia, por la autenticidad, por mi fe en Dios, a quien agradezco a diario me brinde en cada amanecer una nueva oportunidad.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario