domingo, 13 de febrero de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez




A veces hay que tener la experiencia en carne propia para poder saber el viacrucis que otros viven. Seguro nos hemos compadecido, o hemos mostrado solidaridad moral para quienes enfrentan enfermedades, para aquellos que requieren atención médica, ya sea por no contar con recursos económicos, o porque la atención precaria de las instituciones les hace recibir inadecuadamente un manejo, o a veces ni siquiera tienen acceso a recibirlo. Pero cuando nos toca vivirlo, es cuando realmente podemos dimensionar la falsa connotación que expresa el que "la salud es un derecho inalienable de la humanidad".  Suena bien como frase, pero al vivir la experiencia resulta sarcasmo vil.

La salud se ha convertido en el mejor mercado, la privatización en manos de gente con ambición desmedida, ha encarecido los costos a un grado que resulta inalcanzable para las mayorías. Se hace indispensable contar con un seguro médico, que también es lujo que no todos podemos darnos, o que por circunstancias diversas no se nos otorga.

¿Cómo es posible que siendo la donación de órganos, un acto humanitario, noble, sublime, sobre todo cuando se hace en vida, esté castigado por las aseguradoras? Resulta increíble que quien decide donar un riñón, perderá cobertura en su seguro para atenciones posteriores de esta área. ¿Cómo incentivar la donación con estas medidas? Se castiga la acción humanitaria y loable de la donación. Quizá entonces es errado donar en vida, y se debiera prohibir, porque representa una situación de desventaja para la vida futura del donador.

Creo necesario se reflexione sobre esto en particular y en la atención médica en general. No es posible que siga habiendo tanta disparidad en el acceso a la recuperación de la salud, a que se siga lucrando con ello y sigamos siendo solo espectadores de los exorbitantes cobros y de la insuficiente atención pública, atención que intencionalmente gente sin escrúpulos deja cada vez más en al abandono, con tal de privatizar la medicina.

Muy triste, de este panorama, que se repite en otros países, se ve lejos la posibilidad de hacer cierto, lo de que la salud sea realmente derecho inalienable de la humanidad.


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