domingo, 6 de marzo de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Vivimos en un mundo en que el valor de las cosas se otorga sin que medie explicación alguna del porqué. Una prenda de vestir puede adquirir un precio descomunal tan solo por tener impresa un logo, marca, diseño para hacer saber a los demás que es de "buena calidad", aún cuando podemos encontrar artículos que ofrecen la misma calidad a mucho menor precio. Pero les creemos, y nos convierten en cautivos de las marcas.

Se convierte la vida en una carrera por alcanzar como meta el poder acceder al mejor automóvil, al reloj de alta gama, al vino más fino en el que cada gota tiene un elevado costo, y sentirnos orgullosos, exitosos por poder hacerlo, además de ser envidiados o admirados por ello.

El valor de los seres humanos, el valor de la vida misma, ese queda solo cifrado en frases que a diario compartimos, pero poco se aprecia a aquél cuya vida ha sido dedicada a nobles ideales, si no va acompañada de la ganancia de bienes materiales. Nos impresiona mucho más aquél que amasa una fortuna, no importa a veces como, pero definitivamente se convierte en un ejemplo a emular.

Desear más de lo que la vida nos permitirá disfrutar, con ambición desmedida, a costa de todo, viviendo en la superficie, sin asomarnos un poco a la esencia espiritual, al conocimiento de nosotros mismos, a establecer un contacto más íntimo con nuestro planeta, a dejar de consumir en exceso, a darle más importancia al ser que al poseer. Vivimos de acuerdo a la premisa de Erick Fromm "quien no tiene, no es" .

¿Quién le dio el valor a las cosas? ¿Quién con ello nos manipula, nos da categoría o nos la quita ?

Es hora de dar valor a lo que realmente lo tiene, sin precios, sin marcas. Dejar lo trivial para aprovechar nuestra existencia sin desgastarnos en poseer, ese hábito de acumular tan solo bienes materiales que rebasan cualquier necesidad, que nunca son suficientes y nos hacen desear siempre más.

Víctimas de aquellos que nos convirtieron en máquinas de consumo, a quienes poco conocemos, pero rendimos tributo a diario, que dejaron en papel secundario los valores morales, éticos de los seres humanos, ensalzando más la riqueza material, que la moral y la espiritual, incluso que la vida misma.

En algún momento nos habremos convertido en otro tipo de seres, no sé si tan humanos como sería lo ideal, pero adaptados a lo que hemos permitido que se nos haga creer que es el éxito; la meta; el placer de vivir. Sumidos en la tecnología, en el consumismo, creyéndonos libre de elegir, sin tener más opciones que las que una élite dueña del mundo nos ofrece.

Y así, sin percatarnos siquiera, sin intentar ningún cambio, los seres humanos nos deshumanizamos cada día más. ¿Seres con raciocinio, con espíritu en vías de extinción...?

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