domingo, 6 de marzo de 2022

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

 

LECCIONES DE LA HISTORIA

A lo largo del tiempo han ocurrido guerras diversas: Algunas civiles dentro de un mismo territorio; otras más entre naciones. En ellas se esgrime una causa de interés colectivo. Hay, además, una razón subterránea que se mantiene oculta, y muchos muertos. Habitualmente hombres jóvenes que parten al frente de batalla a exponer su vida por un ideal patriótico o religioso que se les ha vendido. En esta ocasión, hasta donde entendemos, las tropas rusas fueron enviadas “a un entrenamiento”. Nunca se les mencionó que iban a batirse a muerte.

La invasión rusa a Ukrania apenas comenzamos a entenderla. Hay muchos elementos que no logramos comprender, máxime por lo abrupto del avance de tropas militares rusas en el país vecino. Además de que, por lo general, los países soviéticos, por tradición, han sido mucho muy reservados en asuntos internacionales. Algunos enterados mencionan que la decisión de Putin sorprendió a su propio cuerpo de gobierno, y que los soldados partieron con la idea de que cumplirían una práctica militar. Con el control total de los medios de difusión masiva y el bloqueo de los canales de Internet, las familias de estos jóvenes soldados no están en condiciones de saber dónde o cómo se encuentran ellos.

El incendio de un reactor nuclear en la región de Zaporiyia en el sudeste de Ukrania, ocurrida hace un par de noches, no dejó de alarmar al mundo. Durante las primeras horas después de ocurrido, y ante la evidencia de imágenes que muestran cómo los tanques rusos hacen blanco directamente en el reactor, por la mente de todos cruzó la idea de una catástrofe nuclear de alcance mundial.

Entre nosotros, aquellos que hayan vivido en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, deben haber sido muy pequeños como para entender a cabalidad qué intereses había detrás de cada país que se alineó con uno de los dos bloques opositores, que en su dinámica belicista fueron afectando los intereses de otras naciones, para culminar con el fenómeno monstruoso del nazismo y el exterminio de alrededor de 11 millones de hombres, mujeres y niños judíos en el Holocausto, en condiciones infrahumanas como pocas veces ha registrado la historia. Hay evidencia fílmica que muestra al pueblo alemán totalmente rendido a los pies de Hitler y su gavilla de genocidas. Actitudes similares se han visto en las poblaciones sometidas a otras dictaduras, como es el caso de Corea del norte con Xi Yinping. Proyectan un contento que pudiera ser real, aunque muchas historias que alcanzan a filtrarse vía redes sociales dan a entender que debajo de esas máscaras alegres hay un gran temor, ya que cualquier desobediencia puede ser castigada al extremo.

En esta invasión de tropas rusas al territorio de Ukrania de la que somos testigos, nos corresponde llevar a cabo una reflexión acerca de la condición humana. Hasta ahora conocemos los intereses económicos que mueven a Vladimir Putin para llevar a cabo la invasión: Habla de derrocar a los neonazis ucranianos, pero en el fondo quiere ganar poder político y mercantil, al contar con una salida directa al Mar Negro. Ahora bien, siendo países vecinos, hay muchos lazos de sangre entre rusos y ukranianos, de modo que no es sencillo para unos y otros participar en una guerra contra sus propios hermanos. Más aún si fueron llevados bajo engaño, como parece haber sucedido.

Sirva al mundo la tragedia que se vive en la ex Unión Soviética para revisar las condiciones políticas que cada país puede llegar a enfrentar. Asimilar de una vez por todas que difícilmente un solo líder puede tomar las mejores decisiones para toda la población. Y que aquello que se busca conseguir a través de las armas, se oculta, se maquilla o se disfraza, puesto que está dado por una ambición que va más allá de cualquier trato justo. Si nos detenemos por un minuto a analizar, veremos que ese afán de Putin de reunificar las repúblicas soviéticas en un solo bloque, después de treinta años de libertad, es violatorio de los derechos humanos. Diversas naciones del ex bloque soviético han ido solicitando su entrada a la OTAN, y ahora lo hace Ukrania, para así contar con blindaje de otras naciones frente a la ofensiva rusa.

Se vuelve de absoluta necesidad enseñar a nuestros niños en las escuelas, la historia basada en datos que puedan comprobarse de forma documental. Más urgente resulta hacerlo en estos tiempos de información falsa o con sesgo en las redes sociales. Habrá que proporcionarles suficientes elementos para que sean capaces de dilucidar las razones que han tenido las naciones que se enfrentan, para involucrarse en una contienda que cuesta vidas. Y hacer hincapié que nunca en la historia, ni siquiera el mayor objetivo material justifica la pérdida de una sola vida humana.

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