domingo, 26 de noviembre de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Se da por hecho que con los años uno adquiere sabiduría. Una de las fortalezas de la vejez es la de ser capaces de aconsejar, porque la vida nos da la experiencia y la confiabilidad.

Quizá por mi profesión de pediatra, tengo la inercia a aconsejar, a dirigir en cierta forma conductas de vida y sentirme satisfecha de hacerlo, porque generalmente me hizo ganar afectos y agradecimiento. Pero sembrar en diferentes terrenos con la misma técnica no funciona, sentir que podemos seguir siendo factores de cambio en la vida de los demás, sin tomar en cuenta hacia quien o quienes nos dirigimos, y sintiendo además que podemos mejorar la vida de los demás marcando pautas de vida acorde a la nuestra, como si fuéramos un modelo a seguir, con una crítica velada que se queda atrás de un acto, quizá de buena intención, pero de modificar lo que a nuestra manera de pensar o de ser no está bien, y que finalmente termina siendo una agresión y no una acción que se agradezca, porque ni siquiera fue solicitada.

Saber cuándo, a quién, y cómo prestar ayuda, sin la soberbia de creer que tenemos la sabiduría para resolver todo problema, sin sentirnos modelo a seguir, con la prudencia para dejar a cada quien vivir a su manera sin entrometernos, respetando, sin considerar que hay una sola forma de hacer las cosas y que la mejor es la propia, porque la vida se vive en formas distintas sin que ello signifique que sea mejor o peor que la que uno decidió.

A veces se tiene que tocar fondo, para lograr aprender la lección que la vida te está dando, aprender a través de personas que quizá fueran las que menos pensaras en medir tus palabras, en no dar consejos no solicitados, en que amor significa acompañar cuando se solicita tu compañía, ser humilde para reconocernos con tantas carencias y errores que no nos es dado señalar patrones de vida.

Vencer la inercia a ser guía, y dedicar los años que de vida me queden a guiar la propia, aprender de cada desencuentro sin que esto dañe los afectos y los vínculos de amor que nos mantiene el alma encendida.

Vejez definitivamente no es sinónimo de sabiduría, pero creo que sabio si es reconocer errores, "resetear el alma" dejar vivir y vivir en paz.

1 comentario: