domingo, 17 de diciembre de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



La vida transcurre velozmente, no da tiempo siquiera a conocernos bien a nosotros mismos, menos a los demás. Tenemos una senda que se nos marca desde el nacimiento, bajo la tutela de unos padres que siguen patrones de conducta con los que fueron educados, con más o menos enmiendas según consideren les fueron adversos, inadecuados.

Y seguimos el camino trazado, muchas veces equivocado, porque ni siquiera nos percatamos de que interiormente no nos satisface, pero sí llena las expectativas de lo que de nosotros se espera, otras veces con la fortuna de que nos satisfaga y permita que llevemos una vida equilibrada, plena.

Es difícil seguir el constante vaivén de la vida, caminos a veces tan intrincados que nos obligan a improvisar, a echar mano de habilidades para mantener el rumbo, a veces para cambiarlo, porque habíamos tomado la ruta equivocada.

Saber a donde y con quien queremos seguir el viaje, dejando a un lado ese equipaje emocional que nos confunde, que nos nubla la mente, la razón. Aquello que duele y quita espacio a llevar con nosotros tan solo lo que arrope el alma, que alimente el espíritu y nos mantenga lo más sanos posibles en mente, cuerpo y alma.

A veces el cuerpo derrama el sobrepeso de tanto dolor contenido, apareciendo como cascada una serie de malestares que no son sino respuesta a lo que interiormente se ha dañado.

He dicho ya antes que la vida es constante aprendizaje, nunca dejamos de sorprendernos de nuestras actitudes y las ajenas, a veces tardamos demasiado en reconocer que cada quien somos responsables de nuestras vidas, que con hacernos cargo de eso y evitando dañar vidas ajenas, ya estamos logrando lo suficiente.

Dedicar más tiempo a sanar heridas, a no hacer a los demás víctimas de nuestros traumas, a impedir serlo nosotros mismo, siendo conscientes de que únicamente somos instrumento para que descarguen en nosotros rencores, resentimientos añejos en los que poco o nada tenemos que ver.

Empatía que no nos lleve a involucrarnos al grado de afectarnos, solidaridad que no implique entrometimiento, respeto, tolerancia, amor al prójimo sin dejar a un lado el amor propio. Aspirar a que la vida nos alcance para no morir antes de tener la sabiduría para vivir y dejar vivir en paz.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario