domingo, 25 de febrero de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Lo importante no es despertar con buena actitud, sino mantenerla, renovando diariamente los votos de lograr ese propósito, suceda lo que suceda. No significa que seremos ajenos a los acontecimientos desafortunados, o a las personas que parecieran haber sido colocadas a nuestro paso para hacernos desatinar, no, imposible, pero sí mantener la disposición a no engancharnos con el suceso o la persona y permanecer en "modo intratable" todo el día.

El mal humor es una carga pesada, hasta mantener el gesto, el tono de voz, y ser agente tóxico que contamina a todos los que se cruzan en su camino, o por lo menos lo intenta, debe ser carga pesada que invariablemente va deteriorando la personalidad, y haciendo una adicción malsana de ello. Ni siquiera hay ganancia personal, el mal humor altera los sentidos, hasta el sentido común y nos conduce por el camino del resentimiento y la frustración, convirtiéndonos en seres infelices, que terminan por no soportarse ni ellos mismos.

Desafortunadamente esta actitud solo es un equivalente a un berrinche infantil, un reclamo que está delatando la necesidad extrema de cariño, de atención que esta persona tiene. Su falta de empatía, que pareciera ser agresión voluntaria, es inconsciente exhibición de carencias emocionales, que no ha sabido llenar, por incapacidad de reconocer que lo tiene al alcance de la mano y que se ha empeñado en despreciar. Elegir este camino equivocado, tiene un costo personal y efectos colaterales para los demás. Mantener buena actitud, positividad, apego a los afectos sinceros, empatía, asertividad en las relaciones, el perdón, es energía para el alma que le da la posibilidad, a pesar de las vicisitudes de la vida, de reencontrarse con la paz.

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