CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

El amor es una energía que fluye espontáneamente, en manifestarla o no a veces influye nuestra voluntad. Reprimirlo en ocasiones resulta imposible, se escapa a través de una mirada, de un gesto, de una actitud o una palabra que intempestivamente sale de nuestros labios sin consentimiento alguno.

A través de los niños yo recibí las muestras más profundas y auténticas de amor, de ese amor que se declara con frases o caricias tiernas, con sonrisas, con una mirada que se va haciendo cómplice a través del trato continuado. Etapa maravillosa del ser humano, donde el sentimiento fluye sin que medie interés alguno, sin que sea exigido, que se muestra tal cual trasmitiendo esa sensación única de sentirse amado, querido, apreciado con esa ingenuidad y autenticidad que quizá no vuelve a tenerse en la vida.

Frida decía, "si lo tengo que pedir, ya no lo quiero", ni el amor, ni el perdón se solicitan, porque pierde valor. Recibir una disculpa o una manifestación de cariño condicionada por alguien o por uno mismo, lastima más que no haberla recibido.

Darle valor al sentimiento es dejarlo fluir libre, natural, como la energía que emana de un ser y se capta por otro, energía sustentadora que nos mantiene firme el alma, cuando flaquea el cuerpo, que nos redime de los peores pecados, que nos conforta en los momentos de mayor dolor.

Que nos llegue el amor, que seamos capaces de transmitirlo y de provocarlo, que seamos fuente y hospedaje del noble sentimiento que engrandece y da sentido a nuestras vidas.