Hoy no logro arrancarme el ego que me conmina a expresarme de un modo que tantos otros domingos me cuido de dejar fuera del blog. Me hallo en mi tierra natal, Torreòn Coahuila, a escasas horas de presentar un libro muy amado de mi autorìa. Su tìtulo, "Mariposas en las manos", su gènero, narrativa. Su razòn de ser, es la constancia que estoy obligada a dejar de todas aquellas historias de vida que de algùn modo rozaron mi quehacer dentro de la Pediatrìa institucional por espacio de màs de cinco lustros. Cada uno de aquellos episodios de dolor que la enfermedad obliga al paciente a enfrentar y asì crecer, me enseñaron mucho sobre el ser humano; los tomè uno a uno en mis manos inexpertas con la intenciòn màs romàntica que acadèmica de transformarlos en historias que contaran algo al lector.
Hay otro elemento muy caro para mì en estas pàginas, rendir un pequeño tributo a seres humanos que de alguna manera dieron a mi tarea frente al pacientito otro significado: Dos maestros muy amados; un pequeño sabio de cinco años de nombre Pablito; la presencia de mi compañero para vivir la vida que aùn hoy desde otra dimensiòn està conmigo. Y mis amados hijos cuyo acompañamiento en mi camino es transformador.
En torno a la presentaciòn un concierto de buenas voluntades apoyando mi locura literaria, lo que me lleva a corroborar una vez màs que la vida, pese a sus dificultades, nunca deja de ser una experiencia maravillosa, siempre digna de ser vivida a profundidad.
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