domingo, 6 de octubre de 2013

ESCRITO A LA MEMORIA DE CÉSAR JAVIER SALAS NAVARRO


No tuve el gusto de conocerlo en persona, pero lo siento como un hermano, un hermano que parte demasiado pronto y por motivos absurdos: ¡Una puñalada mortal en el pecho, provocada durante un asalto!
De esta manera el arte coahuilense pierde a uno de sus hijos predilectos, cuya música había comenzado a conquistar el mundo, precisamente en estos tiempos, cuando es la música el bálsamo urgente para tantos corazones contritos y desesperanzados. Pierde a ese joven soñador que supo despertar en los más pequeños la pasión musical.
Esos acordes graves que sabrían ser serios unas veces, traviesos las otras,  llegando a mover  no sé qué fibras dentro del pecho --ése mismo que a él le abrieron para arrebatarle la vida-- ese pecho de todos nosotros, mexicanos, castigados por la violencia,  que  hemos dejado de lado suspirar   por el amor, para vivir a salto de mata, ocupados de librar la batalla absurda de cada día.
Los acordes de su arco frotando las cuerdas ya no danzarán por los cielos de la capital coahuilense; ni animarán a la mujer que sube el cerro desde Catedral hasta El Mirador,   cargando sus bolsas de mandado en pleno  mediodía. Tampoco  acompañarán los revoloteos amorosos de los patos en la Alameda; esos mismos patos que con toda seguridad, de la mano de su padre, fue a disfrutar César Javier de niño  la tarde de un domingo cualquiera.
Coahuila está de luto; la música está de luto; la juventud está de luto.   Una caja sonora hoy se repliega en el rincón más lejano del salón de la esperanza en un mutismo doloroso, que grita desde un  silencio impuesto a la mala, con violencia.
Descanse en paz el ser humano, el hijo, el hermano, el amigo.  Viva para siempre su  espíritu a través de sus notas musicales, ésas que ninguna mano artera habrá de aniquilar, porque son intocables, inmunes al tiempo y al olvido.

2 comentarios:

  1. Disfruté de su compañía, amor y cariño, compartimos tantas cosas... Sin duda alguna vivirá eternamente en mi pensamiento y mi corazón. Alejandra T.

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    1. Alejandra: Gracias por compartir tu sentir. Sin lugar a dudas César Javier es de esas personas que parten dejando un mundo mucho mejor que el que un día recibieron.
      Un abrazo.

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