domingo, 23 de marzo de 2014

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Definitivamente llega uno a esa edad en que aparece en nuestro lenguaje cotidianamente la frase: Todo tiempo pasado fue mejor. 
  Con todo y que disfruto de los avances de la época, hay cosas que no puedo asimilar, y que la modernidad permite que sean parte de nuestra cultura, de lo habitual; las incorporamos y  llegamos incluso a verlas como normales y hasta divertidas. 
 Me quiero referir particularmente a esa droga que cual lobo disfrazado de borreguito entra en nuestra sociedad y causa daños a nivel personal, familiar, social,  y llega en muchas ocasiones a ser letal, el alcohol.
  Desde siempre el hombre ha encontrado en el alcohol una droga a la cual no ha condenado, sino por el contrario la promueve y la considera parte fundamental de la convivencia.
  No podemos concebir evento social alguno sin él, pero no le hemos puesto medida, no es condenable ver a jovencitos, muchas veces menores  de  18 años ingiriendo bebidas alcohólicas, anhelando la fiesta de 15 años que será la primera ocasión  donde los mismos padres le permitirán compartir un barril de cerveza.
  Las reuniones callejeras, por lo menos en esta ciudad, de jovencitos que convierten sus cajuelas en bar móvil ocurren todos los fines de semana, y todos lo vamos viendo como algo que no tiene remedio y que definitivamente no se puede evitar. 
  No conforme con las bebidas que se ingerirán en un antro o en un baile, los jóvenes se reúnen al precopeo, hay que ir adelantando, y ya después cómo irse a casa sin unas copas más, en el ahora llamado "afterparty".   Y por si esto no fuera suficiente, ahora en las bodas hay competencia de cómo ofrecer mayor diversión, entendida ésta como la ingesta del mayor número de bebidas en el menor tiempo. Ya no hay que esperar a estar en la mesa para tomar, se baila con una bebida en la mano, y para evitar riesgos se toma la precaución de repartir termos plásticos, eso hace indudablemente mas segura esta modalidad de tomar bailando, no se pierde tiempo y por si acaso también se asegura que nadie quede sin bebida, con el carrito de"shots" o bien con un dsipensador ambulante con botarga que evita la fatiga de ir hasta la mesas a buscar qué tomar. 
   En un antro, el dos por uno y claro como ya las mujeres buscamos la igualdad, la noche de damas. 
   Para el o la cumpleañera no hay pastel, hay un shot que se debe tomar de un trago ante las exclamaciones de los amigos que disfrutan la escena, y hay que agitar la cabeza del festejado para que el alcohol cumpla el cometido, la diversión es alcoholizar, es embrutecer, es llegar a la embriaguez sea como sea. 
  Amigable el alcohol , bien visto como promotor de eventos, en los deportivos por supuesto también presente, convirtiendo los estadios en una cantina, definitivamente el deporte es ¡SALUD! 
   En fin, es la moda, quizá debo evolucionar, soy anticuada, no está tan mal la cosa, y mi percepción solo puede atribuirse a mi edad.
  Sigamos hablando de educar con límites pero vivir en el libertinaje, incongruencia que nos lleva a la debacle de una sociedad.
(Fotografía original de El Universal, tomada de Internet.)

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