domingo, 10 de mayo de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


¡Que difícil ser mamá! y no hay de otra, irremediablemente tendremos que aprender a ser madres, o a serlo sin saber gran cosa, por instinto, por sentido común.


Y va a sonar como canción, pero tres veces llegó la cigüeña a mi vida.


Cada vez yo más segura, más segura de que que esta empresa era la más difícil que iba a afrontar en mi vida. Entre pañales, biberones, uniformes, festivales, entregas de calificaciones, clases de piano, danza, natación, beis, piñatas, enfermedades, enojos, satisfacciones,caras de felicidad, de coraje, agradecimientos y reproches.


Entre títulos, logros y fracasos, ha ido transcurriendo la vida.


El balance para mi, totalmente positivo, acepto errores, no dejo de ver mis aciertos, ni para que pensar en arrepentimientos o en lo que no concluí o debiera haber hecho mejor, mis hijos son mi mayor orgullo, así como son.


Perfectibles aún en muchos sentidos, pero capaces de salir por sí mismos adelante y con eso ya tengo bastante.


Los hijos no son el espejo de los padres,eso me ha quedado claro a través de los años, llevan impregnados mucho de lo que nosotros les transmitimos es cierto, pero tienen personalidad y carácter propios, muchas veces vemos en ellos aquello que nosotros no poseemos, en muchos casos nos sorprendemos de virtudes, de capacidades que definitivamente sabemos no son reflejo de lo que nosotros les inculcamos.


En esa parte que llevan mía,que se quedó dentro de ellos a través de mis palabras, mis actitudes, de la forma en que intenté educarlos, espero no haya muchas fallas y si las hay, no haya nada imperdonable, ni imposible de remediar por si mismos.


No tuve manual,empíricamente fui madre. Dicen que más hace el que quiere que el que sabe, y eso sí puedo asegurarles, siempre quise hacer un buen papel como mamá.


Una cosa reconozco, ser madre no es sino cumplir con una obligación, nuestra responsabilidad ante estos seres que llegan a petición o por sorpresa a nuestras vidas y ante las cuales, no nos queda más remedio y léase tal cual, no nos queda más remedio que convertirnos en madres, como cada quien pueda y/o entienda deba hacerlo.


Yo amo y agradezco a Dios y a la vida el ser madre de mis adorados tres hijos.
Eréndira Ramírez y su hermosa familia.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario