domingo, 21 de febrero de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


El mundo no va a cambiar tan solo por desearlo, tampoco será con palabras por sabias que sean que se va a transformar.

Sin duda la palabra del que sabe utilizarla como eslabón que conecte a miles de almas, con liderazgo y sensibilidad puede llegar a mover conciencias, de eso no hay duda.

Sin embargo no es escuchando sino introyectando el mensaje y completando la intención con la acción como se consigue dar movimiento al pensamiento, si no, las palabras se las lleva el viento, la memoria las conserva durante un tiempo, viene la vida con su trajín diario y de nuevo nos vemos en nuestro quehacer diario, y aquellas palabras suenan a lo lejos como un buen consejo que nunca se llevó a cabo.

Dejamos de sentir esa unión espiritual que nos extasiaba, se termina la magia y nos repetimos que no tenemos la capacidad de cambiar nada, que más vale ignorar para que no duela, que haciendo bien nuestro trabajo y lo que nos corresponde es suficiente.

No es falso, cierto es que ponemos nuestro granito de arena, pero este mar de injusticia arrasa con playas enteras.

No podemos dejar de mirar al mundo que nos rodea, dejar de oír las voces que claman justicia, no podemos menospreciar el dolor ajeno, ni pretender acallar nuestra conciencia con rezos y dádivas callejeras que no dignifican a quien las solicita.

Se necesita que la fuerza de la palabra permanezca en nuestros corazones y que no se pierda el sentido principal de la humanidad, el amor al prójimo, el respeto a la vida de los demás, la búsqueda del bien COMÚN.

...Permanencia de la palabra,que permee a través de la familia a la sociedad y nos conduzca a la consecución de los valores que nos den la verdadera identidad de seres humanos.

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