domingo, 17 de abril de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Fracasar en vencer un reto, es a su vez un reto más.

Lidiar con la frustración propia y con la responsabilidad de sentir que hemos defraudado a aquellos que apostaron a nuestro favor.

Divorcio de un proyecto de vida, renuncia a lo que habíamos pensado era nuestro futuro, decisión que nos coloca en el lugar de los "fracasados" ante los ojos de muchos. eso quizá es todavía un reto mayor.

Primero, porque tendremos que reconocer que nos equivocamos y después retomar el camino bajo la presión de que tendrá que ser, ahora sí, una acción acertada y definitiva.

Hacer frente a comentarios, juicios, reproches quizás, encontrarnos en una encrucijada donde no hay un solo señalamiento de hacia donde dirigirnos,¡todo un reto!

A luchar contra los temores que nos deja una equivocación, aprender a discriminar los juicios que sólo hieren y no abonan nada a nuestra cuenta de voluntad, que tanta falta nos hace en ese momento.

Si alguien apostó a tu destino, tú no tienes responsabilidad alguna sobre eso, todos hemos tenido el derecho a equivocarnos más de una vez, y más de una vez hemos podido salir airosos y retomar el rumbo.

Lo importante en esos trances, es no cargar con más de lo necesario. dejar culpas, reproches, angustias, condenas, por no ser el sueño cumplido de los demás, viajar ligero para evitar estériles fatigas,

Replantear, remodelar, reinventarnos, rehacer esquemas y aprender de esto, reconocernos vulnerables, falibles es todo un desafío para encontrar las herramientas que nos fortalezcan y nos impidan sucumbir ante el infortunio, y así volver a soltar las amarras evitando que nuestra embarcación se quede anclada a la frustración.


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