domingo, 4 de septiembre de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Uno no puede entender como los seres humano somos capaces de convertirnos en verdugos de aquellos a los que decimos amar o haber amado.

Definitivamente hay formas de agresividad pasiva que son más dolorosas que los mismo golpes, o los insultos. Ignorar a alguien, subestimarle, hacerle sentir que no existe y que lo que dice carece de interés, es absurdo, no merece la pena ni escucharlo, hacerle evidente que no hace falta en nuestras vidas,menos nos es imprescindible, quitarle el poder que le otorgaba un cariño que creía poseer y hacerla saber con saña que nos es totalmente indiferente, para que aprenda, para que le duela, para desquitar nuestros corajes, porque no hallamos la cura de antiguas heridas que nunca han sanado, porque no se buscó nunca como lograrlo, porque nunca se fue capaz de buscar en el perdón el mejor alivio y alimentó en cambio el coraje reprimido.

Cuando observo estas acciones me siento impotente de nada poder hacer. ¿Cómo se puede tener tal ambivalencia?,¿Cómo se puede decir te quiero y hacer sufrir a la persona amada al mismo tiempo? ¿Qué se apodera del alma que puede trocar el afecto por resentimiento, y como se puede revertir aquello?

Ya la vida por si misma lastima y rasga el alma, no podemos ser para los que amamos una causa adicional de dolor, no por lo menos deliberadamente.

Reconciliación para encontrar la paz interna, la propia y la de los demás, no tomar el lugar de jueces implacables, no temer a seguir amando y perdonar, más lastima el odio que el amor.

No hay mayor libertad que estar libre del rencor y mayor satisfacción que la reconciliación auténtica de los afectos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario