domingo, 4 de septiembre de 2016

Texto de San Agustín acerca de la muerte

La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado.
Yo soy yo, tú eres tú.
Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo
Dame el nombre que siempre me has dado. Habla de mí como siempre lo has hecho.
No uses un tono diferente. No tomes un aire solemne y triste.
Sigue riendo de lo que nos hacía reír juntos. Reza,sonríe piensa en mí.
Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de tu mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de tu vista?
Te espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino.
¿Ves? Todo está bien.

No llores si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudierais oír el canto de los Ángeles y verme en medio de ellos ¡Si pudierais ver con tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

Creeme: Cuando la muerte venga a romper tus ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, tú alma venga a este Cielo en el que ha precedido la mía, ese día volveras a ver a aquel que te amaba y que siempre te ama, y encontraras su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volveras a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con ustedes por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás....

San Agustín

Gracias, Moisés, por la excelente sugerencia.

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