domingo, 15 de julio de 2018

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Ver la paja en el ojo ajeno es mucho más fácil que advertirlo en el propio.

Somos muy dados a la crítica, a sentirnos capaces de corregir actitudes, acciones de otros, tenemos la certeza de que en el lugar del otro seríamos o haríamos algo mejor. Marcar errores ajenos, es casi un deporte para la mayoría, sin embargo si dejamos de buscar en los demás y nos colocamos ante un espejo, tratando de ser objetivos y críticos justos con nosotros mismos, quizá dejáramos de ser tan severos jueces y dedicaríamos más tiempo a buscar nuestra superación personal, espiritual, que es nuestra verdadera responsabilidad.

Si cada uno de nosotros se hiciera cargo de sí mismo, de su ética, su honestidad, su confiabilidad, su autenticidad, su solidaridad con los demás, seguramente los resultados serían mejores, que el estar buscando blancos en los demás para nuestras críticas, a veces malsanas, sin fundamento real, y con el afán tan solo de descargar nuestras frustraciones.

El buen juez por su casa empieza, dedicarnos a la higiene espiritual, a hacer de nuestra vida cada día algo mejor, sin intentar con ello algo más que incidir en el bienestar social, contagiar ánimo, buen humor, actitud positiva, teniendo congruencia entre el decir y el hacer. 

Vivir y dejar vivir, ser constructivos al criticar, no hacer de ello un medio para aniquilar a otros. Este mundo está lleno de seres humanos imperfectos, unos de ellos somos nosotros, y aun cuando somos perfectibles, sin ser perfectos, tenemos la posibilidad de lograr vivir en paz, en armonía con los demás, si tan solo dejamos de buscar la paja en el ojo ajeno, y buscamos la claridad en nuestra mirada, para que irradie sinceridad, para que sea luz que guíe nuestros pasos y de ser posible, los de alguien más.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario